Moros y Moras Nuevas.
Aunque el calendario diga que las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena se celebran del 4 al 9 de septiembre, nadie hay, que las conozca, que pueda creérselo. El pistoletazo de salida viene de mucho antes… Esta crónica la comenzaremos el dia 15 de agosto, por ejemplo. En la Cábila. Allí celebramos la Asamblea, por excelencia, de la Comparsa. Contamos más de doscientos asistentes. A ver si el personal se me anima, y para la del día 5 de noviembre, que presentamos cuentas, también llenamos el aforo… que últimamente somos casi tan pocos como en las dianas.
La noche de la Presentación de nuestros Cargos, el sábado 20 de agosto, fue inolvidable. Pudimos disfrutar de un soberbio espectáculo, que dejó más de una boca abierta. Marta Flor Rosique, Álvaro Navarro Terol y Carlos Gil Martínez fueron presentados formalmente a la Comparsa como Cargos 2016.
Al día siguiente fue el turno de Lucía Martínez Ruescas, Pablo Martínez Ruescas y Santiago Estevan Faló, que entre bocadillos, polos e hinchables, fueron presentados a nuestros socios infantiles. Una tarde en la que los más jóvencicos toman al asalto nuestra Cábila, y en la que la diversión y el juego marcan el ritmo.
El pasacalles, aunque empezó a tiros, terminó con música. Un año más, vimos disfrutar a nuestros arcabuceros cumpliendo con esa antigua tradición de anunciar el inicio de nuestras fiestas descargando disparos de arcabucería. Y, ya por la tarde, acompañamos a nuestra Morenica, que fue igualmente recibida con pólvora, música y el encendido de la iluminación de las calles.
Los días 3 y 4, nos reunimos a cenar en La Cábila, dos ambientes distintos, y una misma ilusión: la que todos sentimos por nuestras fiestas. Y tras una noche de fiesta y baile, amaneció el día 5… Sin haber mojao el primer trocico pan en el huevo frito, ya sabíamos que íbamos a sudar la faja. Soplando, y resoplando, fuimos a por Lucía y a por Marta, alegrándonos de que vivieran cerquica de la Jaima, y de que hubiera sombra en los portales.
Puestos los corbatines en las banderas, y con los ánimos ya exaltados, enfilamos hacia la Plaza de Santiago, donde José Fernando Domene sorprendió a propios y extraños con un pregón templao y sentido, que causó sensación entre el respetable.
No fueron 76 los trombones que llevó “Los Rosales”, nuestra Banda oficial de Bolbaite. Pero con “Nerea y Saray” la pieza elegida para la Fiesta del Pasodoble, que dicho sea de paso, cumplía 100 añitos, sonó como si los llevara. Lo de la lluvia de confeti, a la altura de la tribuna de la Comparsa… ¡¡¡IMPRESIONANTE!!!
Y hablando de cosas impresionantes… Impresionante, la Entrada. Impresionante la temperatura… e impresionante que no nos derritiésemos y nos quedásemos pegaícos al asfalto de la corredera. Que ya había quien decía, que se tendrían que suspender las embajadas por incomparecencia del bando moro, aquejado de un ligero achicharramiento.
La mañana del seis comenzó también apuntando maneras, y nuestros infantiles tuvieron un desfile calentito. Sin embargo, no fue obstáculo para que Carla y Hugo, nuestros cabos, pusieran en la mesa todo su saber hacer, y el grupo de baile, un año más, hizo las delicias de los espectadores. Justo antes, y por septuagésimo quinta vez (setenta y cinco veces, para los de la LOGSE), rendimos homenaje a nuestros socios fallecidos en el Cementerio. Apenas terminamos de comer, cuando los arcabuceros ya estaban reunidos y preparados para subir a conquistar el Castillo. Mientras que otra parte de la Comparsa enfilaba a cumplir con un acto que hemos celebrado durante 114 años ininterrumpidamente: la visita-merienda al Asilo.
La Cabalgata, para variar un poco, fue impresionante. Los abanicos que se pudieron ver por Joaquín María López dejaron un sabor de boca estupendo en quienes pudimos verlos, recordando al público porqué todo el mundo quiere ser Moro Nuevo el menos una noche en su vida. Eso sí, el año que consigamos salir sin un solo vaso… ese año… ese año no era este.
El día siete, casi de empalmada, comenzó con una diana tan participativa como la última asamblea de presupuestos. Seis socios pusieron nuestros colores en la calle. Un servidor no estuvo, porque le había tocado servicio con la Junta Central… Pero la envidia de poder disfrutar de un pedazo de banda oficial como la nuestra para solo seis socios… Uff… A ver si nos vamos animando a participar un poco. En las Asambleas, digo. Que las Dianas en petit comité son mucho mejores. La ofrenda, como los últimos años, viene mostrando un crecimiento lento pero seguro, algo que la Junta Directiva quiere agradecer. Y animar a que siga sumándose gente, ya que es un acto que comenzó con el centenario de nuestra Comparsa.
La Retreta, por otro lado, fue un desfile de lo más baboso. Y, precisamente por eso, al jurado se le cayó la baba con nuestros caracoles. Por lo demás… Nada reseñable. Hasta que llegamos a la Alborada, donde nuestra bandera volvió a flamear a los pies de la Morenica. Y aunque el premio se nos escapo de entre las manos, nadie podrá negar que la fuerza y el corazón que puso Carlos en ese ruedo fueron de oro.
Perdido, un año más, el castillo (Nadie me ha explicado aún porque disparan los arcabuceros hacia arriba, si los enemigos están debajo…), llegamos a la procesión, lenta, elegante y solemne. Tengo que destacar el extrañísimo fenómeno que se observa al llegar la comitiva a la calle El Hilo… Sorpresivamente, se producen unos cortes inquietantes. Y es que tenemos una procesión Guadiana… que aparece y desaparece. Hay algunas comparsas en las que sus festeros “atajan” hasta Santa María, evitando El Rabal, en un soberano desprecio hacia quienes participan activa o pasivamente en la Procesión. Asique, os pido un favor: que no os pille escaqueándoos, porque nadie quiere que nuestra Comparsa sea objeto de críticas por un comportamiento tan grosero.
En fin… que apenas entra la Virgen en Santiago, y ya la estamos despidiendo en el paso a nivel… A la hora de siempre, aunque se haya atrasado el inicio de la despedida. Tras los tiricos y las lágrimas, vuelve a sonar la música y vamos desfilando a la Jaima, que tenemos el último almuerzo, y hay que aprovechar… Y entre mojaíca de pan y traguico de cantueso, nos vemos despidiendo a Marta, Álvaro, Carlos, Lucía, Pablo y Santiago… y dándole la bienvenida a Laura, Esther, Víctor, Javier, Sergio y Pablo, Cargos 2017.
Y llegamos al final… literalmente… Al final de las Fiestas 2016, que nos tenían preparada una sorpresa impresionante: SEIS PREMIOS. A las Escuadras Especiales de Alyadidas y Ayubbies. A los Ayubbies y Alpisteros, por la Retreta. A Carla Santiago y Hugo Martínez, Mejores Cabos Infantiles, y a la Comparsa de Moros Nuevos, al Valor Útil en la Ofrenda…
Lágrimas, emoción y alegría, para terminar el año, y enfrentarnos al próximo con toda nuestra Ilusión.
Muchas gracias, Moros y Moras Nuevas, hasta el año que viene.
Antonio Cabanes
CRONISTA