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 “Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo”

Proverbio Árabe

Prefacio, introducción y/o presentación:

Cada etapa de nuestra vida o incluso cada uno de los acontecimientos que vivimos los guardamos en la memoria como si de un libro se tratase. Después los enmarcamos y los archivamos y según su experiencia o la huella que nos han dejado lo revisamos mentalmente cuantas veces queremos y según las connotaciones que para nosotros han tenido. Y así son, también, cada una de las fiestas que disfrutamos. Todas, a simple vista, y según su “encuadernación” son iguales y, sin embargo, totalmente distintas. Las de 2007 podemos decir que comenzaron con la apertura oficial de “La Cábila” que fue el día 9 de junio con la llamada Noche de Bailes de Salón , una velada en la que un grupo de Moros Nuevos y de aficionadas a eso de mover el esqueleto se lucieron y consiguieron hacernos pasar un entretenido sábado entre bachatas, tangos, cumbias, pasodobles, vals, etc. Después de esta noche le han seguido una hilera de exitosas y refrescantes más. Nuestra sala de fiestas es, hoy por hoy, un referente y un punto obligado para los jóvenes y no tan jóvenes en las calurosas madrugadas de verano.

Álvaro, Carlos e Isabel, serena y muy guapa, fueron los protagonistas de una tarde para recordar el 19 de agosto, fecha en la que se celebró la Presentación Infantil. La música fue la estrella ya que fue tocada en vivo y por una Orquesta compuesta por niños y socios de la comparsa, al igual que el baile, bien ensayado y coreografiado por Marina Navarro y llevado a cabo por niñas Moras Nuevas. El empaque de Alberto Medrano y Carmen Micó, presentadores del acto, fue otro contrapunto para que el resultado fuese magnífico como también lo fueron los juegos y la merienda.

Ahora debería de hablar de la noche del 25 de agosto, sin embargo, y por primera vez en la dilatada historia de los Moros Nuevos y de las Presentaciones, debo aclarar que, por mucho que se intentó y se quemaron todas las posibilidades, el acto de Presentación de la Madrina Mayor tuvo que ser aplazado para el viernes 31 de agosto. La noche en la que Gala, exultante, vivaracha y elegante, como es ella siempre, se invistió con todos los honores con la banda de su querida Comparsa junto con Rubén y Gaspar. Los tres han formado un equipo complementado, una combinación perfecta. Ellos fueron testigos excepcionales de cómo se hacían dueños de la noche y del rojo escenario nuestros siempre presentes “Moricos” a pesar de los esfuerzos de Paco Tomás y Marisa Abellán, conductores de la Gala. Al final, y todos juntos, nos recordaron el 25 Aniversario del acto de “La Rueda” del Día 9, con una representación en vivo inclusive y el acto volvió a tener el empaque y la prestancia a la que estamos acostumbrados.

El prefacio de este libro se completó con la Romería de la Virgen y el Pasacalles que el 26 de agosto se llevó a cabo junto con la Entradica del Día 3, con gran afluencia de amigos y socios y con la singular noche del Día 4 en la que la Alcatraz Orquesta volvió, unos años después a brillar en La Cábila. El marcapáginas que se entregó de obsequio es, obviamente, para este libro.

“Los libros han ganado más batallas que las armas”

Lupercio Leonardo Argensola

Cuerpo de la obra:

Actos importantes en el marco de nuestras fiestas son todos pero destacan, como todos sabemos, El Pregón, La Entrada, La Cabalgata, La Ofrenda, La Retreta y La Procesión y por eso forman parte de este cuerpo de la obra de este libro que ahora mismo te lees.

El Pregón este año, de José Joaquín Ripoll, Presidente de la Diputación, vino acompañado del Himno-pasodoble “Villena festera” y de una Plaza de Santiago entregada, fue un preludio magnífico para el mejor desfile de los cargos, sin duda, La Fiesta del Pasodoble, en la que este año la pieza “La Comisión” fue la elegida.

Balubas, Zulúes, Al-Yadidas y Escorpiones, junto con el Grupo de Percusión de Moros y Moras Nuevas, los bloques masculinos y femeninos y el boato de los cargos con sus banderas dieron como resultado una Entrada muy vistosa en el que nos lucimos toda la Comparsa. Al igual que en el La Cabalgata, un acto muy ágil y vistoso en el que nuestros singulares y siempre sorprendentes abanicos, de nuevo las Escuadras Especiales, el Grupo de Percusión, el Boato final de las banderas de los cargos, los cabos y mucho buen hacer dejaron un gratísimo sabor de boca.

Muchas flores recibió Nuestra Señora de las Virtudes en la mañana del Día 7 de parte de los Moros Nuevos además de una contribución generosa y callada, como es costumbre. La Ofrenda es un acto institucionalizado por nuestra Comparsa en el que cada vez resplandece más el brillo del raso con el sol de la mañana, bien. Por la tarde la diversión en La Retreta vino acompañada otra vez por el paso de nuestras representaciones. Recordemos a los Ayyubíes y La Palmerá con “Morterete, tú haces falta”, una alusión al anterior Presidente de la Comparsa de Estudiantes y a los Escorpiones con su bien ideada pero controvertida, y por muchos mal entendida, parodia del “Baile de las espías”.

Ya en el Día de la Patrona, y completando el cuerpo de este libro, se debe hacer mención a La Procesión, un acto en el que, prácticamente, el pleno de la Comparsa rinde homenaje a La Morenica y en el que el buen comportamiento y el recogimiento son las notas predominantes. Abstenerse de fumar, los guantes negros y el pico sobre los antebrazos dan un impactante resultado.

Por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública puede medirse la cultura de un pueblo”

Jhon Steinbeck

Apéndices o anexos:

Todas las partes de una obra son necesarias y por tanto sin ellas no sería lo mismo. Igual pasa en nuestros días grandes con los actos internos, el Desfile de la Esperanza, las Dianas y el Día 9.

Una nutrida asistencia de socios y amigos se dieron cita en la mañana del Día 6 en la Misa del Cementerio a los difuntos de la misma manera que por la tarde durante la visita al Asilo, con concierto y acompañamiento a la cena a pesar de que, como sabemos, es a la misma hora que la Embajada en la que conseguimos ganarles a los Cristianos.

Del Día 6 se debe resaltar y con letras mayúsculas el esfuerzo y el gran Desfile que nuestros pequeños fueron capaces de elaborar. La Esperanza este año tuvo más motivo, si cabe. Todos los chicos, todas las chicas, el perfecto ballet de niñas Moras Nuevas con coreografía, de nuevo, de Marina Navarro, el pony de Carlos Barceló y el buen orden de las ordenadas carrozas contribuyeron a que el paso de nuestra Comparsa fuese una verdadera fiesta, un ¡ahí queda eso!.

Las reformadas Dianas desde el año pasado, en cuanto a la uniformidad se refiere, parece que han tenido bastante aceptación y al despertar en Villena, entre alábega y cantueso, parece que nos vamos sumando más festeros.

Todo llega, incluso el Día 9. El día en que la Virgen de las Virtudes retomó su camino entre una nube de pólvora y de sentimientos encontrados. Nosotros tomamos el nuestro y nos encaminamos hacía La Casa, que por cierto se nos queda justa, para el último de los Almuerzos festeros y así retomar fuerzas para el Desfile de Nuevos Cápitanes, Alféreces y Madrinas. Por un lado los salientes y por otro Mericeli, Juan, Enrique, Ana Belén, Juan y Adrián, nuestros cargos 2008 a los que deseamos toda clase de felicidades. Los doce estuvieron en centro de la Plaza de Santiago para realizar la XXV Rueda que los Moros Nuevos realizamos y que inventamos en 1983 para cantar el “Día 4 que fuera”, una melodía que, en ese lugar y a esa hora, tiene un significado muy especial.

El Fin de Fiestas lo vivimos, desde el año 2002, en La Cábila. Un fin de fiestas apoteósico en el que el desfile hasta nuestra sala de fiestas se ha convertido en un clásico al igual que la cena. Este año, con las mesas ya preparadas y perfectamente distribuidas, fue un absoluto éxito ya que todo fluyo de una manera ordenada, tranquila y rápida. Allí fue donde se despidió nuestra Banda Oficial, la Unión Musical Los Rosales de Bolbaite con eso de: “adios con el corazón que con el alma no puedo…”

Un anexo importante de este libro es la Comida de Hermandad que el día 30 de septiembre realizamos. El tiempo acompañó y disfrutamos de un almuerzo, de un paseo, de una comida y de una grata sobremesa. Los Chicuelos de Agost volvieron a hacerse oír y ¡de que manera!

“Los libros no hacen daño a nadie; un libro no es ni una ley ni un veredicto”

Ernest Wiechrt

Colofón:

Si en esta obra cabe un colofón es el de resaltar el Primer Premio que nuestros infantiles consiguieron, merecidísimamente como hemos mencionado, en el Desfile de la Esperanza. Es de agradecer y de ley que fuesen recompensados con este galardón que no es el primero que consiguen y que, seguro, no será el último. De la misma manera fue nombrado en el balcón Carlos Gil, nuestro Alférez Infantil 2007, al conseguir una Mención al Rodador de Bandera.

Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que hay dentro de nuestra alma”

Frank Kafka

Epílogo:

Unas fiestas más han dado todo lo que se podía esperar de ellas. De nosotros ha dependido aprovechar los días, los actos, las horas, los minutos… de nosotros dependerá que la magia se vuelva a crear para así elaborar un nuevo tomo para nuestra biblioteca particular.

Seis años han pasado desde que Francisco Abellán fuese elegido Presidente de la Comparsa. Tres legislaturas y tres Juntas Directivas que han dado mucho de sí, que han dado, definitivamente, sus últimos coletazos, y que han llevado adheridas seis grandes fiestas que han pasado a la historia en los dos sentidos; el primero porque atrás quedan y el segundo porque forman parte ya de nuestra memoria colectiva y de la vida de nuestra Comparsa. Una Comparsa que mira hacia delante con los ojos expectantes y muy segura de sí misma. En eso mucho tiene que ver Pepe Hernández y su nueva Junta Directiva. El futuro inmediato de los Moros Nuevos está en buenas manos y posado sobre un gran amor al raso amarillo.

Mi labor como Cronista a lo largo de estos últimos cinco años, he de decirlo, la he visto más que recompensada y me ha llenado de satisfacción. La vida de los Moros Nuevos, intensa, dilatada y ejemplar, he querido que siempre estuviera reflejada donde procedía y de una manera entusiasta y objetiva. Espero, aunque sólo sea medianamente, haberlo conseguido.

Amado-Juan Martínez Tomás

Cronista 2002-2007

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Prólogo

A lo largo de las vastas historias de las Comparsas en nuestra ciudad se puede apreciar como éstas han pasado por infinidad de etapas y de vicisitudes. Pocas empresas duran en el tiempo lo mismo que de antigüedad tienen muchas de las asociaciones festeras en nuestra localidad y eso es, cuanto menos, un mérito considerable. En el caso de la Comparsa de Moros Nuevos, que celebramos el 150 Aniversario en el año 2003, más de siglo y medio de vivencias y de circunstancias, unas veces favorables y otras muchas adversas, se cuentan entre las páginas de nuestra memoria particular. Un gran número han sido los socios que han dejado parte de su personalidad, de su manera de ver la vida y de su misma esencia. Un gran número son, si comenzamos a hablar desde la época en que se fundó la Comparsa en 1854, en la que Isabel II reinaba España, los que han ido sumando peldaños para formar esta escalera desde la que da vértigo mirar hacia abajo. Socios, colaboradores y amigos que siempre han estado y están al pie del cañón con esfuerzo y mimo para que las fiestas de Moros y Cristianos sean las que son. De cada periodo podemos extraer nuestras propias conclusiones pero lo que nunca llegaremos a saber del todo será las circunstancias concretas y exactas, lo que les llevó a cada generación a actuar así y no de otra manera, o sino que nos lo pregunten a nosotros, los festeros del nuevo siglo, que nos vemos inmersos en unos ajustes y unas decisiones que no sabremos valorar, posiblemente, hasta que la capa del tiempo quede extendida. Lo que podemos afirmar, y con voz firme y segura, es que siempre se intenta escoger la opción, cuanto menos, menos mala, la más justa y necesaria. Y así ha sido desde el inicio de las fiestas para quienes han tenido la osadía, la firmeza y la bendita decisión de ponerse al frente a la hora de tomar decisiones. Tirando un poco de los nombres obtenemos sorprendente información del pasado que les tocó vivir, y si algún cargo en el ámbito de nuestras fiestas es verdaderamente esclarecedor, considero que es el de Presidente. Ellos, los Presidentes -en nuestra Comparsa se ha de usar sólo el género masculino, todo se andará, espero- cada uno enmarcado cronológicamente y en las fiestas que hicieron suyas y un poco más grandes. A la Comparsa del raso de oro mucho la amaron unos, los que ya no están con nosotros, y aman otros. Presidentes que rodeados y apoyados por sus juntas Directivas y los socios y las socias, en los Moros Nuevos desde 1991 y en otras comparsas desde 1988, fueron la cabeza visible y consideraron, en su momento, por insuficientes todas las energías y los sentimientos que dejaron en el camino. Por ello considero necesario acordarnos de ellos, no fueron ni son los únicos pero ahí estuvieron y justo es rendirles un pequeño homenaje.

Primeros Presidentes. Desde el inicio hasta la Guerra Civil

La fundación de la Comparsa nos sitúa en 1854 por tradición oral. Los Moros Nuevos llevamos el arma en el brazo izquierdo porque así lo empezaron a llevar en el Ejército español los gastadores militares entre 1850 y 1859. Portamos también mochila, pico y delantal de cuero negro por influencia también de los Gastadores militares, los cuales llevaron estas prendas hasta 1859. Fue en 1860 cuando son encargados por Juan Menor y Menor siete arcabuces iguales a Eibar y es por ello que en alguna ocasión se ha dicho, desoyendo e ignorando la tradición oral, que esa es la auténtica fecha de fundación. Los fundadores, en su mayoría arrieros y del arrabal, tomaron, por su dedicación, contacto con las lanas de Alcoy y más concretamente con la Filá de la Llana, teniendo la magnífica ocurrencia de vestirse de manera parecida a ellos y denominarse Moros Musulmanes. De entre ellos, vecinos de la calle Baja; “El Cachano”, “Caratorta”, “Costillares”, “Volteta”, “Cuco el trompeta”, etc. Cerca, también, Antonio Martínez “el tío Lola”, y después algunos más. No se puede afirmar quién ejerció el papel de Presidente y no es hasta 1896 cuando tenemos constancia del primer Moro Nuevo que ejerce este cargo.

Miguel Esquembre Fita es conocido como el primer Presidente de nuestra Comparsa y lo fue desde 1896 hasta 1903. Era yerno del socio fundador Juan Hurtado Ferriz, casado con su hija Ana. Miguel y Ana son los abuelos del socio número uno entre todos los festeros de Villena: Alfonso Esquembre García. En 1917 siendo él el Alcalde Constitucional izó el pabellón de la ciudad en lo que fue la primera Fiesta del Pasodoble. A él le siguió en el cargo Francisco A. Esquembre Fita hermano de Miguel y también yerno de Juan Ferriz, casado con su hija Juana. Se dio la circunstancia de dos matrimonios entre dos hermanos con dos hermanas. Francisco y Juana, para más señas, son los abuelos del también socio y pregonero en 2006: Vicente Prats Esquembre. Francisco, que en 1900 fue también Capitán, ocupó el cargo de Presidente sólo un año ya que falleció. Durante su presidencia, en 1904, en la Procesión la Comparsa caminó a paso lento, en vez de disparar, y con el arma terciada en señal de respeto, gesto que gustó y se ha perpetuado hasta la actualidad.

Antonio Valor Ripoll sustituyó a Francisco en el cargo durante los años 1905 hasta 1907. Era de origen alcoyano y en esa época la banda oficial fue la Banda de Música Primitiva de Alcoy. Durante estos años ya se celebraba un acto emblemático para la Comparsa, la Comida de ancianos, la que, también, por tradición oral, podemos situar, probablemente, anterior incluso al siglo XIX. Seguramente no hubiera podido imaginar que su nieto Rafael ocuparía ese mismo cargo al comienzo del siglo XX. Tras Antonio, Pedro Galipienzo Perpiñá “Caratorta” conocido por ser un hombre de fácil trato y buen carácter ocupó durante un año, 1908, la Presidencia dando paso a Sebastián Lidó Bravo, que también dirigió la Comparsa el mismo espacio de tiempo, 1909. Fiestas en las que por la incertidumbre del momento debida a la Guerra de África sólo hubo festejos religiosos y la Virgen no fue traída a Villena. “El Chato”, es decir, Antonio Catalán Ballester fue Presidente en 1910 y 1911, tiempo caracterizado por ser poco “boyante” y por una escasa participación en cuanto a Moros Nuevos se refiere. Lo mismo ocurre desde 1912 hasta 1918, años en los que Regino Arenas Marín “El Médico” asume la responsabilidad. Durante este periodo, más concretamente en 1916, es bendecida una nueva Bandera apadrinada por el hermano de Regino, Alfonso Arenas, y por su esposa, Isabel García Lillo.

La primera vez que Luis Coloma Jordán asume el reto de ponerse al frente de la Comparsa es desde el año 1919 hasta 1924, siendo Antonio Mora Tomás un gran colaborador de éste. Constancia hay de que durante ese tiempo no deja de realizarse la Comida del Asilo y que es en 1923 debido a la Coronación de nuestra Patrona cuando ésta se realiza en vez del Día 6 el Día 7 ya que coincidía con la denominada “Procesión de las Antorchas”. Fue en 1939 cuando Luis volvió a ser nuestro Presidente.

En los años veinte se produce un buen impulso para la Comparsa al ponerse al frente de ésta la peña “El Mosto”. Antonio Mora Tomás pasa de ser gran colaborador a asumir desde 1925 hasta 1929 su primera Presidencia. En 1928 sale a la calle la primera Escuadra de negros compuesta por miembros de la Peña “El resto”. Es la época de geniales cabos como Gonzalo Palací Segura y Francisco Blasco García “El Planchao”. En 1929 los Moros Nuevos no participamos durante las fiestas pero sí el Día 9 en la Entrada de Capitanes para no perder el puesto de orden que por antigüedad nos corresponde. Lo mismo aconteció en 1933 ya siendo Presidente Francisco Hurtado García “Chaquetita” (1930 y 1933), años de un nuevo bajón simbolizado por los catorce Moros Nuevos que desfilaron en 1930 -año en el que Antonio fue el Capitán y Francisco el Alférez-, y otra vez en 1934, siendo de nuevo nuestro dirigente Antonio Mora Tomás (1934 y 1935) por segunda vez y justo antes de que estallase en España la Guerra Civil que truncó, como otros miles de aspectos más, la normalidad de nuestras fiestas de Moros y Cristianos.

Presidentes desde 1939 hasta 1970

Después de los tres años de contienda comenzó una complicada labor, aplicable asimismo a la vida en el país, para conseguir sacar hacia adelante a la Comparsa y a las fiestas en general. Es entonces cuando desde nuestras filas aparecen grandes festeros como Regino Coloma, Pedro Belando, Paco Clavel, Cirilo Azorín, Francisco Velasco, Alfonso Esquembre, etc. y Luis Coloma Jordán que es en ese 1939 quien vuelve a la carga durante un año para ser Presidente por segunda vez.

Si este negro sobre blanco debiera plantarse y hacer reverencias, éste sería el momento ya que es el turno de mentar a Regino Coloma Sebastiá, quién con una fuerza inusitada y una entrega sin igual estuvo al frente de los Moros Nuevos desde 1940 hasta 1953, fecha en la que ya no estaba en Villena debido a que se marchó a Argentina y tomó posesión de su puesto durante un año Alfonso Esquembre García, quién es el actual número 1 de todos los festeros de Villena y nieto del primer Presidente, generosamente respaldado por Francisco Blasco García y Cirilo Azorín Calomardo. Constando así en el primer “Libro de Cuentas” existente de la Comparsa. De las virtudes de Regino Coloma se destaca su persistencia y su enorme tesón para con su adorada Comparsa a la que, en esos años tan difíciles, consiguió aumentar y unir como una piña. Sus valores como festero son indiscutibles y han sido elogiados en multitud de ocasiones, haciéndose merecidamente acreedor del premio instituido para los festeros ejemplares. Como muestra puede valer, por ejemplo, la cantidad de veces que fue, una vez regresó de tierras argentinas, Capitán: 1955, 1956, 1957, 1959, 1960, 1961, 1962, 1964 y 1965 y Alférez: 1955, 1956,1958, 1959, 1962, 1964 y 1965. Como vemos algunas veces era a la vez Capitán y, también, Alférez. Desde 1939 hasta 1947 la Comparsa no tiene constancia de quienes ostentaron los cargos y presumiblemente son años en los que Regino también los asumió ya que se les supone una veintena de ocasiones siendo Capitán y otras tantas Alférez. Es bajo su Presidencia cuando se realiza en Villena La Ofrenda por primera vez como ya ocurría en Valencia el año 1948 debido a las Bodas de Plata de la coronación Canónica de la Virgen. También siendo él Presidente se realizó una nueva bandera en 1952 amadrinada por Emilia Mataix de Berenguer.

En el año del Centenario (1954) Cirilo Azorín Calomardo toma las riendas de la Comparsa. Los cien años se celebraron, entre otros actos, con una Ofrenda Floral a la Patrona y estrenando la Marcha Mora “Moros Nuevos” compuesta por D. Manuel Carrascosa. Termina su labor en 1957 un año después de que se creara la figura de Madrina y sembrando la semilla de nuestra querida sala de fiestas, “La Cábila”. Le siguió en el puesto un hombre de gran carisma y personalidad, José García Galbis, durante 1958 y 1959, año este último en el que nace la Escuadra Especial de Escorpiones. En 1950 había sido el Capitán. Años después ocupó el puesto de Alcalde. Pablo Castelo Villaoz, Capitán en 1951, intentó mejorar los desfiles durante su año de transición, 1960, cuando nuestra Madrina, Fina Cabanes Soriano, fue elegida Regidora Mayor. De 1961 a 1965 fueron los años de Antonio Tomás Conca, periodo en el que se comenzaron a hacer los primeros estatutos de la Comparsa y se volvió a celebrar la “Comida de Hermandad”, que llevaba algunos años sin celebrarse, en la finca “El Caracol”. La Ofrenda ya estaba consolidada y nuestra Comparsa hizo donaciones muy importantes como el Cáliz, la alfombra roja o el lamparario de plata para el Santuario. Conseguimos el 2º Premio de Comparsas en 1963 y el 3º en 1964, año en el que nace la Escuadra Especial de los “Balubas”.

Pedro Palao Llebrés, conocido por su gran labor de cabo, presidió la Comparsa desde 1966 a 1968, periodo en el que “La Cábila” vuelve a surgir, primero en la Placeta del Cinema y después en el solar de Celiberti. Mucho se recuerdan todavía las apoteósicas Cabalgatas de 1967, año en el que conseguimos el Primer Premio por Comparsas, con la banda de la XVI Fuerza Aérea de los EE.UU. traída desde Torrejón y la de 1968 con la Majorettes de Avignon.

1969 y 1970 fueron los años de Francisco Zapater López, época en el que surge la idea de celebrar la Cena Homenaje a la Mujer por primera vez y en el seno de los Moros Nuevos. Su Junta Directiva se esmeró especialmente en los desfiles y le dio un toque oriental a La Cabalgata. Volvieron a haber Majorettes pero en esta ocasión, y ahora con un poco menos de éxito, de Barcelona. Hubo una importante inyección de socios y se creó un local Social ubicado en el número 90 de la Avenida de la Constitución. El 15 de agosto de 1970 se bendijo una nueva Bandera apadrinada en esta ocasión por el niño Joaquín Orlando Hernández Cerdán y las niñas Antonia y Basilisa García Pardo. Es en estas fechas cuando la Junta Central de Fiestas de Moros y Cristianos, organismo festero por excelencia en nuestra ciudad, se constituye. Fue primer Presidente el recordado socio Alfredo Rojas Navarro, más tarde el también socio Vicente Prats Esquembre y a él le siguió Francisco Zapater López.

Presidentes en los 70

Debido a que la Comparsa atravesó un periodo de excesivos cambios en el puesto de Presidente a lo largo de la década de los 70 es necesario abarcar para ella un apartado. Entre 1970 y 1973 podemos contar hasta siete Presidentes.

Terminadas las fiestas de 1970 fue elegido José Luís Valero Costa quien llegado abril presentó su dimisión delegando las funciones en su vicepresidente, Ramón Martínez Payá. En La Entrada de 1971 se desfiló por primera vez en dos bloques y en La Cabalgata con uno sólo con setenta y tres músicos, los de la Banda Municipal de Villena. La tradicional comida del Asilo de Ancianos se realizó, por primera vez, en sus mismas dependencias y así viene sucediendo hasta la actualidad. A finales de septiembre de ese año salió elegido como Presidente Rafael Ruiz Martínez y lo fue en 1972. Fallecido en mayo del pasado año este Moro Nuevo se recordará por lo mucho que luchó por La Cábila y el éxito que consiguió con la del Huerto de Máximo, la de detrás de la Panificadora. En la Junta del día 15 de ese año se señaló que no había Escuadra Especial. Vicente Rodes Amorós se hizo cargo del tema y organizó la creación de los Massais. Confeccionaron un extraordinario traje de “negros” con el que consiguieron el Primer Premio de Escuadras Especiales siendo el cabo Francisco Alfonso Moya Soler.

En octubre se eligió a un joven profesor de “Política” del Instituto “Hermanos Amorós”, Vicente Valero Costa, el cual unos meses después se vio obligado a presentar su dimisión debido a la controversia que habían causado unas declaraciones suyas en referencia a la Madrina de ese año vertidas en el ejemplar del periódico “Villena” que editaba el M. I. Ayuntamiento de Villena. Tuvo que ocupar la Presidencia su vicepresidente Pedro Albuixech Hernández por el espacio de tiempo justo para convocar una nueva Junta Extraordinaria para la elección de nuevo Presidente. Pedro Albuixech volvió a ser Vice-Presidente a finales de siglo con Antonio Velasco. De esa Junta realizada en mayo salió Francisco Alfonso Moya Soler y ocupó el puesto en 1973 y 1974. Durante estos dos años La Cábila continuó cosechando éxitos de verano. Paco Moya fue galardonado en su primer año como Presidente con el Premio de Mejor Cabo del Bando Moro. Fueron años de cambio tanto para la Sede Social como para La Jaima y de 1974 hay que resaltar la celebración del IV Centenario de la aparición de Nuestra Señora de las Virtudes y el Primer Congreso Nacional de Moros y Cristianos, además de por el Primer premio que obtuvimos en La Ofrenda y el Segundo que lograron los más pequeños en el Desfile de la Esperanza. El 6 de octubre de 1974 se votó a Antonio Valero Costa como nuevo Presidente y ejerció su cargo durante los años 1975 y 1976. En estos años el acto de Presentación de Madrinas no se conocía como tal y era en la noche del Día 4 cuando se les homenajeaba. El 6 de julio de 1975 se realizó un sencillo acto en La Cábila y una posterior merienda que podemos considerar las bases de las actuales Presentaciones. Ese año nos acompañaron los Moros Viejos en la Misa del Cementerio con el fin de homenajear póstumamente a Antonio Navarro Gil, “El Tito”. En 1976 la Sede Social estuvo ubicada en el número 19 de la calle Nueva y fue el primer año que se realizó la película de las fiestas, además de la primera Presentación Oficial de Madrinas.

José Jiménez Navarro asumió la Presidencia en 1977 año en que la lectura de premios se realizó por primera vez en el balcón de la Casa del Festero. Conseguimos el Primer Premio en la Esperanza, al igual que los Escorpiones, como mejor Escuadra Especial y Pedro Palao como mejor cabo. Un año en el que el Presidente quedó algo disgustado con el comportamiento general de la Comparsa en los desfiles. Su último año al frente fue en 1978, coincidiendo con el 125 Aniversario de la Comparsa, una celebración que dejó muy buen sabor de boca a todos los socios debido al gran esfuerzo que tanto el Presidente como su Junta Directiva realizaron. Los obsequios y los actos fueron de mucho lucimiento y no supuso para la Comparsa, punto muy importante, ningún gravamen.

Vicente Ferri Silvestre salió elegido Presidente tras una complicada votación. Durante su año, 1979, los terrenos del Huerto de Máximo fueron vendidos y junto con los Piratas y los Moros Realistas utilizamos conjuntamente las instalaciones del Huerto de la Puncha. Se recuerda de ese año que tanto La Entrada como La Cabalgata fue iniciada por los socios infantiles, el cambio de recorrido en La Procesión y un nuevo Primer Premio de Los Escorpiones.

 Presidentes desde 1980 hasta el 2000

Mateo Hernández Llorca dirigió las riendas en dos años (1980 y 1981) muy intensos en los que no teníamos ningún patrimonio y en los que podría advertirse algo de desánimo. Los ánimos se fueron levantando, se redactó un nuevo reglamento de régimen interno, se actualizaron los ficheros de la Comparsa, vieron la luz los primeros boletines internos y la agrupación con los Piratas y los Moros Realistas se deshizo. La Cábila y su nueva ubicación era una preocupación constante, mientras los Días 4 fueron igualmente espléndidos tanto en el Club de Tenis como en el Círculo Agrícola Mercantil. Mateo contó con el respaldo de la Comparsa y con todos los miembros de su peña.

El joven Pablo Castelo Pardo (1982-1985) se fijó dos compromisos para su mandato: la adquisición de una Casa y la realización de una Cábila. Lo primero se llevó a cabo al ponerse a la venta la casa de los hermanos Flor en la calle Eduardo Dato y formalizar la compraventa, y lo segundo al volver al Huerto de Máximo después de tres años cerrado, siendo mucho el trabajo para su adecuación. La composición “Día 4 que fuera”, compuesta para el Centenario de la Comparsa, se rescató con gran acogida y un nuevo acto nació en el seno de la Comparsa, La Rueda del Día 9. Después de sus dos primeros años Cábila había habido y la Casa era una realidad y el Presidente creyó oportuno continuar otros dos más. Años en los que volvimos a la Cábila de La Puncha y en los que su gestión, junto con la de sus dos Directivas, fue apreciada y positiva. José Luis Valero Costa volvió a asumir la responsabilidad que ya había adquirido en 1971 para los años 1986 y 1987. La Cábila se remodeló y funcionó como terraza de verano. Una nueva Escuadra Especial, los Selyúcidas, aparecieron como tal, dos años después consiguieron el Primer Premio de su categoría. En cuanto a La Casa también hubo reformas para ganar el mayor espacio posible. En el apartado de cifras tras la gestión del Presidente y de su Junta Directiva mucho se habló, se produjeron cincuenta y cinco intervenciones el día de su cese reglamentario que, en su mayoría, reprobaban el resultado del ejercicio.

Vicente Rodes Amorós ocupó el cargo de Presidente desde 1988 hasta 1993. Sus tres mandatos estuvieron caracterizados por el gran resurgimiento que experimentó la Comparsa en gran cantidad de aspectos. Comenzó con la operación “Luna de Plata” y consiguió, junto con una joven Directiva, subsanar los problemas económicos, elevar, con imaginación y esfuerzo, las Presentaciones de nuestras Madrinas a auténticas galas, hacer en la noche del Día 4 una elegante Cena con originales obsequios, vistosos y organizados desfiles y, lo no menos importante, aunar a los socios. Seis años en los que nuestra querida “Cábila”, con mucha dedicación y trabajo, tuvo su emplazamiento definitivo -de la que estamos tan orgullosos dieciséis años después-, las grandes Orquestas pasaron del Huerto de la Puncha a las nuevas mágicas noches de La Losilla. Y años también en los que, en 1991 concretamente, las Moras Nuevas, por fin, se hicieron, con un acertado diseño del propio Presidente, dueñas y señoras de las calles de Villena por derecho propio participando, de manera activa e indispensable desde entonces, en la vida de los Moros Nuevos.

José Ramón Velasco Navarro, desgraciadamente y como ocurrió con Francisco A. Esquembre Fita en 1904, tuvo una gestión muy corta debido a su fallecimiento un mes después de su elección. A él le sustituyó su Vicepresidente Primero, Manuel Estevan Ferriz, quien se hizo cargo de la Comparsa con la Directiva formalizada por el mismo José Ramón quince días después de ser elegido. Durante los cuatro años de Manuel Estevan (1994-1997) el trabajo se centró en un anteproyecto de nuevos Estatutos y modificación del Reglamento de Régimen Interior, en comprar el solar colindante de la antigua Sede Social que ya estaba en precarias condiciones, en ajardinar y vallar el exterior de La Cábila, en contratar a magníficas Orquestas como la conocida Alcatraz, en continuar con el gran nivel en las Presentaciones de Madrina, en fomentar la armonía entre los socios y en saber llevar una holgada economía.

El fin de siglo XX estuvo dirigido por Antonio Velasco Navarro (1998 y 1999). Durante el primer año el proyecto de la nueva Sede Social se hizo una realidad siendo inaugurada esta el 2 de septiembre. La Casa es desde entonces un punto de encuentro espacioso y estratégico en el que todos los socios nos sentimos cómodos y bienvenidos. Ese año, 1998, coincidió con el 75 Aniversario de la Coronación de Nuestra Señora de las Virtudes, acto que se centró en la mañana del Día 6. En 1999 apareció la primera Escuadra Especial femenina de la Comparsa, la denominada como Al-Yadidas, que todos los años impares, como este 2007, son una fiesta para los sentidos. Antonio Velasco asentó unos nuevos Estatutos, comenzó el Concurso de Pintura Festera, el cual está ya consolidado y arraigado en la Comparsa, y llevó al fin del siglo a una Comparsa segura y unida.

Presidentes del siglo XXI

Rafael Valor García, (2000 y 2001) tiene una arraigada tradición familiar con la Comparsa -es nieto de Antonio Valor Ripoll- y su trayectoria como cabo gastador es ejemplar y conocida. Fue el Presidente que inició el camino en este nuevo siglo. Bajo los dos años de su mandato se creó una página web en Internet de los Moros Nuevos, predecesora de la actual. Su periodo se puede calificar de enlace entre la construcción ya efectiva de La Casa y el 150 Aniversario. Creó un boletín de información para los socios llamado Calle Mayor, dio un aire diferente al acto de Presentación de la Madrina y la calidad de las orquestas fue en ascenso así como el esmero en las noches del Día 4.

Debido a una situación familiar Francisco Abellán Candela (2002-2007) en un principio sólo se presentó para ser miembro de una gestora pero al final accedió a ser nuestro Presidente. Respaldado por una Directiva compacta y homogénea asumió el 150 Aniversario de la Comparsa –llevado a cabo en el año 2003- resultando este un acontecimiento único que supuso para los socios un año entero de eventos y celebraciones que comenzaron el 9 de septiembre de 2002 y finalizaron un año después. La edición del Libro del 150 Aniversario y la composición “Efemérides, 150 años de Moros Nuevos” son dos ejemplos de la huella que aquel intenso año nos dejó.

Su mandato se caracteriza, porque es el actual Presidente, por la cantidad de ideas y de puestas en marcha que se realizan y por la gran acogida que los socios dispensamos. A saber: Fin de fiesta el 9 de septiembre, Romería al Santuario, Concurso Infantil de Dibujo, Ecuador Infantil, Donación de Sangre, Reencuentro con La Cábila, Jornada Rito-Gastronómica (matanza del cerdo), Jornadas de Lectura Alfredo Rojas, Gala Bailes de Salón, Concurso de Pintura Festera y Fiestas Populares, Entradicas… Todos estos actos, más los habituales que ya se realizaban, son fruto de los últimos seis años.

Desde el 2002 Francisco Abellán y su Junta Directiva han seguido mimando mucho a nuestra Sala de Fiestas dándole mucha vida y manteniendo siempre la calidad de las orquestas. Los actos de Presentaciones de Madrinas suponen un reto que desde hace ya veinte años es difícil de superar cada año, la imaginación y el trabajo son fundamentales. La noche del Día 4, institucionalizada en nuestro seno, es siempre cuidada al detalle así como los desfiles y los actos, tanto los oficiales como los internos de la Comparsa. En este periodo de tiempo se han adecuado los Estatutos a la nueva Ley de Asociaciones, se han tenido que hacer modificaciones en La Cábila y un largo etcétera de asuntos imprevistos que, como a todos y cada uno de los Presidentes que hemos mencionado, junto sus Juntas Directivas, claro está, se han ido solucionando.

Epílogo

El cargo de Presidente es un escaparate en el que quien lo ocupa está expuesto a cuantas valoraciones los socios y, en ocasiones, quienes no lo son, puedan realizar, todo ello independientemente de las Juntas Directivas y de los colaboradores que puedan haber. Si hay un puesto que trabaja codo con codo es el de Vice-Presidente y para ellos también se hace extensivo este reconocimiento. Entre ellos podemos mencionar, por ejemplo a: Pedro Belando López, Juan Esquembre Hurtado, Francisco Novella Domene, Antonio Azorín Juan, José Abellán Sánchez, Vicente Cortés Micó, Rafael García Ortín, Vicente Terol Gandía, Pedro Rodríguez Lidó, Luis Murillo Coloma, Fernando Forte Santiago, Francisco Ferrando Saúco, Manuel Carrascosa Carrascosa, José Luis Moltó Poveda, Alfredo Rojas Tomás, Tomás Navarro Márquez, Jaime Navarro Segura, Joaquín Sánchez Huesca, José Abellán Candela…

Testimonio de agradecimiento y respeto es lo que, con este artículo, he querido manifestar a quienes tomaron el destino de los Moros Nuevos como suyo. Ellos, todos, y siempre respaldados por los incondicionales y los socios y socias, han marcado las directrices de esta gran Comparsa que mira al futuro con ojos expectantes a la espera de los hombres y de las mujeres que seguirán plasmando preciosos hechos en el libro de nuestra historia. Quienes tenemos el corazón forrado de raso amarillo sabemos que, aunque con mayor o menor acierto, con las circunstancias más o menos favorables o con la fortuna de cara o de espaldas, quien es capaz de dar una parte suya se merece todo nuestro reconocimiento.

Amado-Juan Martínez Tomás

Cronista

Bibliografía: Libro del 125 Aniversario de los Moros Nuevos

Libro del 150 Aniversario de los Moros Nuevos

Fuentes: D. Alfonso Esquembre García, D. Manuel Estevan Ferriz, D. Pedro Palao Llebrés,

D. Francisco Zapater López, D. Pablo Castelo Pardo y D. Francisco Abellán

Candela.

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El viernes se celebró la tercera edición de “Leyendo a Alfredo”. Cómo ya saben nuestros lectores, fue aprovechada para presentar el Libro “Villenerías” patrocinado por la empresa Proisa a beneficio de Apadis.

Los amigos de Alfredo, encargados de mantener el compromiso de que permanezca vivo “su trabajo literario con nuestras costumbres”, fueron desarrollando la gala en una noche en la que se dieron cita en la “Jaima” de la comparsa Moros Nuevos, presidentes de las Junta central y de la Virgen, la concejala de cultura, el autor de las ilustraciones del libro, Vicente Rodes, el nuevo presidente de Apadis e innumerables amigos, festeros, villeneros y socios de la comparsa.

José Francisco Navarro fue el encargado de dirigir la velada. Vicente Prats dijo sentirse honestamente feliz “porque hoy he cumplido la promesa que hice delante de su féretro, cumpliendo con el interés que en su día me manifestó de que su obra ”Villenerías” no se quedara sin publicar”.

Mateo Marco Amorós, fue el encargado de glosar el contenido de la obra, destacando la personalidad y su especial y humilde manera de relacionarse con toda Villena. El extenso prólogo dejó de manifiesto a los presentes el doble sentido de muchos de los artículos escritos en el “idioma villenero”, que Alfredo dominaba como nadie. Destacó su personalidad seria y dadivosa, entresacando de sus versos la semilla de los personajes que mes a mes acudían a la revista mensual Villena, con el espíritu de denuncia al desmesurado progreso que visionaba o matizando la tolerancia, “quitando hierro” cuando pensaba que los contenidos de sus “charretas” podrían herir a los lectores de entonces.

José María García Forte, gerente de la empresa Proisa, destacó los muchos años que su entidad viene colaborando con Apadis, al igual que con otras entidades deportivas y benéficas. En cuanto a su patrocinio con el libro matizó: “cuando Vicente me habló de dedicar nuestra aportación anual al patrocinio del libro me pareció magnifico, por que si con el hecho de publicar un libro, conseguíamos que nuestra aportación se pudiera multiplicar sería mucho mejor para Apadis. Por otro lado, siguió matizando, “yo no frecuenté mucho a Alfredo, pero cuando tuve la oportunidad de hablar con él, siempre me pareció una persona exquisita en el trato y amabilísima para todo lo que se le pidiera considerándole una persona de un rigor extraordinario”. Por último añadió un significativo detalle “las memorias de mi padre, cuando empezó con su enfermedad, las pequeñas memorias que él quiso dejarnos, se las dio a Alfredo para que le diera forma, por lo tanto, nos pareció magnifica la idea del libro y así la aceptamos inmediatamente” .

El presidente de la comparsa, Paco Abellán, en su intervención, agradeció a todos los protagonistas su participación para la realización, destacando el enorme orgullo que ha supuesto para la comparsa estos tres años que como homenaje al que fuera socio de la misma se le ha tributado. Agradeció especialmente la presencia de la Coral Ambrosio Cotes, al igual que a la familia de Alfredo: María, Alfredo, Mari Cruz, Mila y Antonio, por su colaboración y su presencia en estos eventos literarios.

Estaba previsto interviniese María, la viuda de Alfredo. Según José Francisco, quedó con ella que dependiendo del estado de ánimo durante el acto, hablaría o no. No pudo ser, según se pudo ver, María se encontraba muy emocionada y declinó su intervención en su hija Mari Cruz, que en una breve y sentida intervención mostró el agradecimiento de toda la familia por las atenciones recibidas y por el cariñoso y respetado recuerdo a su padre. Destacó, la intervención de Mateo y muy especialmente la de su íntimo amigo Vicente Prats.

El fin de fiesta lo puso “la Ambrosio Cotes”, con un programa cargado de música villenera: “Canto a las Fiestas de Villena” de Rojas y Carrascosa. “Día 5 que fuera” de Rojas y Milán Juan. “La Noble Villena” de Soler y Hernández y el “Himno a Villena” de Serra y Carrascosa y por último hubo un “bis” muy alegre dedicado a la compasa Moros Nuevos.

A mediados del concierto coral, se le dedicó un breve homenaje a Vicente Prats, por la celebración de sus 80 años, cantándole el “cumpleaños feliz”. De hecho sus amigos le han dedicado este ‘regalo’, aunque no era 6 de abril, la fecha de su nacimiento” el retraso obedece a una inesperada indisposición familiar que les hizo no poder celebrar el cumpleaños de Vicente en su momento. Superada la adversidad, la familia goza de mejor humor para celebraciones, por eso sus amigos se atrevieron a felicitarle de forma sorpresiva con la complicidad de la Coral y de los organizadores.

Antes de la intervención musical, Vicente, José Francisco, Pedro y Joaquín, como ya hicieran en las dos anteriores celebraciones, “leyeron a Alfredo”: cuatro “Villenerías” y un guión radiofónico, escrito por el propio Alfredo Rojas para las emisiones de “Villena y sus fiestas”, e interpretado junto Vicente en los preámbulos de las fiestas de Moros y Cristianos de los años 1978 y 1979, fueron las interpretaciones que en lengua vernácula pusieron de manifiesto el contenido social, moral de denuncia y de humor con que Alfredo dotó a los personajes, Martín y Ginés, protagonistas del nuevo libro que está a disposición de los villeneros y cuyos beneficios irán a parar a la obra que diariamente realiza “nuestra institución “Apadis.

En todo ello hay que resaltar la fenomenal organización y el espíritu de trabajo y ayuda de los directivos y colaboradores de la comparsa Moros Nuevos.

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