LA DEL AÑO EN QUE NOS LLEVÁMOS EL PRIMER PREMIO
-Crónica autobiográfica (narración personal de la vida propia como proceso ordenado)
Cuando escribo –a lo largo de las diez Crónicas anteriores me ha sucedido, como en esta misma- no puedo dejar, una vez pasado el año festero, de sentir cierto vértigo al asomarme a la hoja en blanco y tener el deber de verter todo el contenido que conservo reciente en la memoria y en los ojos. Y todos las Crónicas son diferentes, quizá por ello siempre el bolígrafo al final va pasándose por el folio no sólo, pero casi. Y Crónicas hay de muchos tipos: épicas, costumbristas, noticiosas, literarias, autobiográficas… y ésta, la nuestra lleva adherida un poco de cada una de ellas y más en este año tan singular. Pero sobre todo debe ser autobiográfica para todos y cada uno de quienes vestimos este traje que anda entre lo precioso y divino. Para que al leerla nos sintamos identificados y podamos decir: ¡yo estuve allí!
-Crónica épica (narración de acontecimientos de tipo histórico o legendario)
Un matiz especial cobra parte de la letra, este año, de nuestro “Día 4 que fuera” al mencionar el estribillo eso de: “Moro, ay Moro, Moro, mi Moro Nuevo, traje de raso y ORO qué jaranero”. Un oro que conseguimos al ser el Primer Premio de Comparsas -junto con los Moros Nazaríes- circunstancial y anecdótico que, sin reservas, nos pilló por sorpresa y nos llenó de incredulidad. Sin duda un reconocimiento a mucho y arduo trabajo realizado durante largo tiempo tanto por quienes, con integridad, acierto y tino, han guiado nuestros destinos –me refiero al Presidente, José Hernández Sánchez, y a la Junta Directiva- como para una Comparsa entera que sabe sintonizar a las mil maravillas su candencioso y brillante pantalón amarillo con elegancia y pundonor
Crónica épica ésta que tiene como colofón otro Primer Premio: el del desfile de la Esperanza. Un acto que, como ya he declarado en alguna ocasión, está injustamente adelantado desde 2011 y obliga a nuestros pequeños y pequeñas a prácticamente no “almorzar” y a desfilar con las sábanas pegadas. Aún así, insisto, supieron sacar arrestos y raza para que capitaneados por Carolina Pedrosa, Moisés Tomás y Pedro Francés, junto a, como no, nuestros Cargos Infantiles, demostraran todo su buen hacer encabezados por un boato deslumbrante y que trabaja con ansia y a la vez dulzura, por cuatro carrozas envidiables y una impecable amazona.
-Crónica noticiosa (da a conocer un hecho trascendente)
Y trascendentes fueron ¡y de qué manera! Nuestras Presentaciones. Enmarcadas en un verano en el que Lá Cábila volvió a sacar pecho con sus fiestas, su celebración de la Eurocopa y, como no, su Junta del Día 15. La cual trascurrió plácidamente, con los parámetros normales y en la que no faltó, como debe ser, el posterior refrigerio.
La Presentación de Marina Navarro Martínez, Madrina, José Antonio Olcina García, Capitán, e Iván Navarro Martínez, Alférez, comenzó sobre las 11 y media de la noche del 18 de agosto. Un sobrio y elegante escenario, en el que el juego de luces era vital, fue testigo de una noche memorable en el que se desarrolló un guión perfecto en el que el baile, como no (y en honor a nuestra Madrina) tuvo un papel muy importante. Un baile que se combinó con emotivas imágenes de los protagonistas de la velada y con el momento álgido: cuando nuestros Cargos aparecieron, exultantes y pletóricos, en una vistosa carroza escoltada, magníficamente, por un ballet de jóvenes Moras Nuevas y por un cortejo de zancudos personajes que brillaban por sus fuegos de artificio y sus luminarias. Y ella, nuestra Madrina, una vez perfectamente -por nuestro Presidente- abanderada y junto con sus compañeros, habló serena, agradecida y emocionada. Marina estaba guapísima con un vestido con tonos verdes y muy nuestros.
Una agradable noticia se nos tenía reservada para esta noche: la decisión de la Comparsa de crear anualmente tres Becas de estudios de música (con el nombre del Maestro Carrascosa); una para estudios de grado medio, otra para grado superior y una tercera para Dirección de música. Sumándonos así, la Comparsa a la que tan ligado estuvo el maestro, a las celebraciones, desde el pasado noviembre, del Centenario de su nacimiento. Muy aplaudido fue este reconocimiento así como la presencia de los hijos del compositor de “Moros Nuevos” y “La Morenica” –entre miles de obras más- en el estrado.
Aún incluso cuando nuestros Cargos habían abandonado el escenario quedaba una sorpresa: un trío de dos chicos y una chica, dedicó a la madrina la canción “Triángulo” perteneciente al musical “ Catherine Harker” de Francis J. y en el que ella misma había participado. Toda una excelsa noche en la que se escribió, de nuevo, en oro sobre nuestra historia. Los organizadores del acto, sin duda, excelentes.
Destacó, en la Presentación Infantil, el 19 de agosto, la extensísima participación, quizás cuarenta aproximadamente, de niñas, Moras Nuevas además, que supieron resolver coreografías y la propia conducción del acto. Unas uniformadas con vistosos vestidos de nuestra Comparsa y con donaire y otras, con voz clara, elegantes vestidos blancos y tablas escénicas, hilvanado un guión dulce y envolvente con arrestos de sobra. Sorprendentes todas.
Ilusión. Nos dijo Peter Pan que “con ella todo es posible” y que creyendo en los sueños se pueden conseguir a pesar de que apareciera, como así fue, el Capitán Garfio. Un Peter Pan que, junto con nuestros cargos y, como no, Campanilla, consiguió vencerle y que fuéramos capaces de verle todos, síntoma éste de que la ilusión de la que hablaba, vive en nosotros.
Y el triunfo se celebró con éxito y a lo grande entrando Paula Navarro Terol, Hugo Martínez Ruiz y Joaquín Faló Domene, Madrina, Capitán y Alférez Infantil de la Comparsa respectivamente de los Moros Nuevos 2012, en una mora y bonita carroza, escoltados por el boato infantil de la Comparsa y con confeti amarillo inundando la Cábila, mientras se escuchaba sus nombres y el aplauso de todos los suyos al subir, al lado del Presidente, al escenario. El mismo en el que se les impuso las bandas que le acreditan como cargos y en el que fueron testigos excepcionales de felicitaciones y de las últimas coreografías que redondearon una entrañable Presentación.
Los castillos hinchables así como otros juegos, la merienda, las chuches y los polos fueron la guinda a una tarde de nervios y sentimientos a flor de piel.
-Crónica costumbrista (Su rasgo distintivo es la cronología totalmente realizada)
El preámbulo festero que se lleva a cabo tanto con el Pasacalles y la Romería de Traída de la Virgen (el 26 de agosto), como la X Entradica y la Cena Homenaje a la Mujer, del 3 el 4 de septiembre respectivamente, acontecieron de manera ordenada y dieron paso a un Día 5 que amaneció pletórico a pesar de que el tiempo había dado mucho de que hablar.
A los sones de “La Comisión” (del maestro Carrascosa) desfilaron con tronío y soltura nuestros Cargos en la Fiesta del Pasodoble tras el Pregón llevado a cabo -este año de 25 Aniversario desde que salen las mujeres desfilando por derecho propio en nuestras fiestas- por Isabel Rodes. Horas después apoteósica fue nuestra Entrada, la que este año inició nuestro boato –formado, hay que decirlo, por socias Moras Nuevas y provenientes, como no, del arraigado, desde hace años, boato infantil- y a la que le siguió el Grupo de Dulzainas y Percusión. Intercalamos bloques masculinos y femeninos con carrozas y, por supuesto, Escuadras Especiales. Al-Yadidas, con un traje innovador -blanco y negro- y a la altura sólo de ellas, Rassies, perfectamente unidos y marcando fuerte el paso, Jenízaros, con perfectos y llamativos tonos anaranjados y marrones y Caimanes –en su espectacular debut -dejaron una gratísima sensación siendo su valentía, plasticidad y estilo muy aplaudido y reconocido. Un desfile que contrasta con el de La Cabalgata, iniciado por el Grupo de Dulzainas y Percusión y en el que brilló el boato de las Al-Yadidas junto con los bloques enormes de Moros/as Nuevos/as al trepidante son de nuestras marchas militares. Fuimos un visto y no visto. Esta vez cerraron desfile nuestras mujeres.
Fieles, fidelísimos, a nuestra tradición los actos internos se realizaron sin tregua. Uno de los más nuevos, la Cena de la Hamburguesa, el Día 5, en La Casa con mucha afluencia y los más antiquísimos, la Misa en el Cementerio y la Visita al Asilo –a la que una considerable cantidad de socios/as nos dimos cita ¡bien!- repartidos en la mañana y la tarde del Día 6 (Este último coincidiendo, como siempre, con La Embajada).
El Día 7 los Moros Nuevos volvimos a rescatar el espíritu de un acto “ideado” por nosotros mismos en La Ofrenda. En ella aportamos comida para la Congregación de las Hermanas de los Ancianos Desamparados y sacamos las andas que portan a la Virgen en las Romerías ya que, no en vano, hemos sufragado los gastos de sus arreglos en iluminación y megafonía. Y por la tarde, Alpisteros y Ayyubíes, nos volvieron a sorprender, en La Retreta, con una puesta en escena basada en el grupo musical Abba y sus canciones con letras divertidas y recordando “cosas” que se han perdido en Villena. Ellos eran los “Abbas” y detrás venían los caracoles (es decir, los Marruecos). Aunque antes que ellos aparecieron “Las hadas del país de nunca jamás”, es decir, una representación de parte de las chicas que bailaron en la Presentación Infantil.
El Día 8 y la solemnidad de La Procesión (la que requiere el día de La Morenica) ya nos vaticinan que el 9 está cerca y con él la Entrada de Nuevos Cargos y la tradicional Rueda y el Fin de Fiestas en La Cábila. El que este año –que al igual que el pasado se instaló una pantalla para escuchar los premios- se caracterizó en primer lugar por la explosión de alegría por los dos premios conseguidos y ya mencionados y, por supuesto, por la Despedida de quienes con tanta juventud, alegría y maestría nos han representado a lo largo de 365 días. De nuevo Marina hacía acopio de fuerzas y nos dirigía unas palabras. Esta vez ya con el sueño cumplido y con la satisfacción de la labor realizada.
Tres semanas justas le dimos de tregua a La Cábila para inundarla de nuevo, como a ella le gusta, el día 30 de septiembre, con la típica Comida de Recuperación. Un acto que comienza temprano en La Casa y se alarga con las hamburguesas, dejando en medio una jornada entera de convivencia sana entre almuerzo, aperitivo y comida. Y en la palestra ya, los nuevos Cargos 2013. Quienes supieron hacer de anfitriones y tomar contacto con sus nuevas bandas. ¡Enhorabuena a José Francisco, Juan, María, Hugo, Alfonso y Carla!
-Crónica literaria (un relato y con imaginación)
¡Qué sería de la vida sin literatura y sin dejar volar la imaginación! De hecho las fiestas, una vez trascurridas parecen que hayan sido eso: un reflejo, un sueño. Y sin literatura ni imaginación no podríamos, de nuevo, poner la mirada en otros días que ya llegarán, a su debido tiempo, y a los que sin darnos cuenta iremos poniendo escalones para a ellas acceder.
Ha terminado ya el primer año del tercer mandato de D. José Hernández Sánchez y su Junta Directiva. Una presidencia que se está caracterizando por ir desmadejando nuestro día a día y nuestras fiestas para quedarnos con lo que más nos gusta, más nos identifica o, simplemente, está a nuestro alcance. Son malos tiempos. Y él, el tiempo, ese juez que todo lo deja en su lugar se encargará, con el devenir de los años, de calificar y catalogar el inmenso trabajo que ahora mismo, ya y sin la perspectiva de la que hablo, se aprecia. Tanto esfuerzo, tanto trabajo y tanto mimo tiene que tener su satisfacción. Este año nos ha llegado de la mano de un Premio histórico pero en realidad, y por suerte, no deja de ser anecdótico. Queda debajo de él un poso mucho más sólido e importante. Lo que digo es que el Primer Premio lo recogeremos, lo aplaudiremos y lo colgaremos en un lugar privilegiado de nuestra Casa y lo que es necesario, lo que sí es vital, es que las generaciones que lo vayan contemplando, y quitando el polvo, entiendan el concepto de porqué nosotros hemos sido capaces de conseguirlo (herederos de un bonito legado) así se seguirán alcanzando metas y habrá un lugar para los sueños, la imaginación y la literatura. Estoy convencido de ello.
Amado-Juan Martínez Tomás
Cronista