Me gusta llamarla de recuperación, porque recuperar significa volver a tomar lo que se tenía. Y en fiestas se tiene armonía, amistad, se tiene un estado de ánimo exultante, difícil de explicar a los forasteros y estos actos siempre suponen recuperar estos conceptos.
Comenzaré esta crónica agradeciendo el trabajo de mis compañeros de directiva, que durante semanas estuvieron preparando con detalle el acto: previsiones, compras, puesta a punto de la Cábila… a ellos, gracias, porque sois muy grandes. Y como no, a los socios colaboradores que ponen su valía al servicio de los demás: gachamigueros, cortadores de jamón, gazpacheros, elaboradores de paellas… sois de un valor incalculable.
El almuerzo fue masivo, comenzó con los calenticos, y siguió con el plato estrella de la mañana, la gachamiga, acompañada por tocino y longaniza que comenzó a abrir el apetito de los congregados.
Nuestros nuevos cargos, se estrenaban en este acto interno, sus sonrisas demostraban la ilusión con la que asumen esta nueva andadura.
Tras el pasacalles por la ciudad con la banda y amenizado el paseo por pasodobles y marchas moras acudimos a ya tradicionales visitas a las sedes de nuestros Ayyubbies y Zulúes. Tras ello, el aperitivo nos esperaba en la Cábila en una calurosa mañana. Después los comensales disfrutarían de las paellas y gazpachos para comer y la torta secreta para amenizar la tertulia.
La Cábila estaba a rebosar de socios de todas las edades disfrutando de la ocasión, porque estos actos son los que hacen comparsa.
La tarde se prometía animada, ya que tras la comida se produciría el concurso de cabos para las dos próximas fiestas.
David Solves, Pablo Gomariz, Nacho Rodes y José Ramón Hurtado serían los socios elegidos y Ana Valdés, Carla Santiago, Natalia Coloma y Elena Montero serían las socias escogidas por el jurado para guiar los bloques de la comparsa.
Disfrutando, volviendo a sentir la fiesta, recuperando la amistad y los buenos momentos, concluyó un día agotador en cuanto a preparativos, pero de los que te dejan el corazón lleno de gratitud y la sensación de estar haciendo las cosas al servicio de los socios con la mayor de las responsabilidades, pero también con la ilusión y la entrega del compromiso adquirido por esta directiva.
Carolina Gomariz Francés.
Cronista


























