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Prólogo

A lo largo de las vastas historias de las Comparsas en nuestra ciudad se puede apreciar como éstas han pasado por infinidad de etapas y de vicisitudes. Pocas empresas duran en el tiempo lo mismo que de antigüedad tienen muchas de las asociaciones festeras en nuestra localidad y eso es, cuanto menos, un mérito considerable. En el caso de la Comparsa de Moros Nuevos, que celebramos el 150 Aniversario en el año 2003, más de siglo y medio de vivencias y de circunstancias, unas veces favorables y otras muchas adversas, se cuentan entre las páginas de nuestra memoria particular. Un gran número han sido los socios que han dejado parte de su personalidad, de su manera de ver la vida y de su misma esencia. Un gran número son, si comenzamos a hablar desde la época en que se fundó la Comparsa en 1854, en la que Isabel II reinaba España, los que han ido sumando peldaños para formar esta escalera desde la que da vértigo mirar hacia abajo. Socios, colaboradores y amigos que siempre han estado y están al pie del cañón con esfuerzo y mimo para que las fiestas de Moros y Cristianos sean las que son. De cada periodo podemos extraer nuestras propias conclusiones pero lo que nunca llegaremos a saber del todo será las circunstancias concretas y exactas, lo que les llevó a cada generación a actuar así y no de otra manera, o sino que nos lo pregunten a nosotros, los festeros del nuevo siglo, que nos vemos inmersos en unos ajustes y unas decisiones que no sabremos valorar, posiblemente, hasta que la capa del tiempo quede extendida. Lo que podemos afirmar, y con voz firme y segura, es que siempre se intenta escoger la opción, cuanto menos, menos mala, la más justa y necesaria. Y así ha sido desde el inicio de las fiestas para quienes han tenido la osadía, la firmeza y la bendita decisión de ponerse al frente a la hora de tomar decisiones. Tirando un poco de los nombres obtenemos sorprendente información del pasado que les tocó vivir, y si algún cargo en el ámbito de nuestras fiestas es verdaderamente esclarecedor, considero que es el de Presidente. Ellos, los Presidentes -en nuestra Comparsa se ha de usar sólo el género masculino, todo se andará, espero- cada uno enmarcado cronológicamente y en las fiestas que hicieron suyas y un poco más grandes. A la Comparsa del raso de oro mucho la amaron unos, los que ya no están con nosotros, y aman otros. Presidentes que rodeados y apoyados por sus juntas Directivas y los socios y las socias, en los Moros Nuevos desde 1991 y en otras comparsas desde 1988, fueron la cabeza visible y consideraron, en su momento, por insuficientes todas las energías y los sentimientos que dejaron en el camino. Por ello considero necesario acordarnos de ellos, no fueron ni son los únicos pero ahí estuvieron y justo es rendirles un pequeño homenaje.

Primeros Presidentes. Desde el inicio hasta la Guerra Civil

La fundación de la Comparsa nos sitúa en 1854 por tradición oral. Los Moros Nuevos llevamos el arma en el brazo izquierdo porque así lo empezaron a llevar en el Ejército español los gastadores militares entre 1850 y 1859. Portamos también mochila, pico y delantal de cuero negro por influencia también de los Gastadores militares, los cuales llevaron estas prendas hasta 1859. Fue en 1860 cuando son encargados por Juan Menor y Menor siete arcabuces iguales a Eibar y es por ello que en alguna ocasión se ha dicho, desoyendo e ignorando la tradición oral, que esa es la auténtica fecha de fundación. Los fundadores, en su mayoría arrieros y del arrabal, tomaron, por su dedicación, contacto con las lanas de Alcoy y más concretamente con la Filá de la Llana, teniendo la magnífica ocurrencia de vestirse de manera parecida a ellos y denominarse Moros Musulmanes. De entre ellos, vecinos de la calle Baja; “El Cachano”, “Caratorta”, “Costillares”, “Volteta”, “Cuco el trompeta”, etc. Cerca, también, Antonio Martínez “el tío Lola”, y después algunos más. No se puede afirmar quién ejerció el papel de Presidente y no es hasta 1896 cuando tenemos constancia del primer Moro Nuevo que ejerce este cargo.

Miguel Esquembre Fita es conocido como el primer Presidente de nuestra Comparsa y lo fue desde 1896 hasta 1903. Era yerno del socio fundador Juan Hurtado Ferriz, casado con su hija Ana. Miguel y Ana son los abuelos del socio número uno entre todos los festeros de Villena: Alfonso Esquembre García. En 1917 siendo él el Alcalde Constitucional izó el pabellón de la ciudad en lo que fue la primera Fiesta del Pasodoble. A él le siguió en el cargo Francisco A. Esquembre Fita hermano de Miguel y también yerno de Juan Ferriz, casado con su hija Juana. Se dio la circunstancia de dos matrimonios entre dos hermanos con dos hermanas. Francisco y Juana, para más señas, son los abuelos del también socio y pregonero en 2006: Vicente Prats Esquembre. Francisco, que en 1900 fue también Capitán, ocupó el cargo de Presidente sólo un año ya que falleció. Durante su presidencia, en 1904, en la Procesión la Comparsa caminó a paso lento, en vez de disparar, y con el arma terciada en señal de respeto, gesto que gustó y se ha perpetuado hasta la actualidad.

Antonio Valor Ripoll sustituyó a Francisco en el cargo durante los años 1905 hasta 1907. Era de origen alcoyano y en esa época la banda oficial fue la Banda de Música Primitiva de Alcoy. Durante estos años ya se celebraba un acto emblemático para la Comparsa, la Comida de ancianos, la que, también, por tradición oral, podemos situar, probablemente, anterior incluso al siglo XIX. Seguramente no hubiera podido imaginar que su nieto Rafael ocuparía ese mismo cargo al comienzo del siglo XX. Tras Antonio, Pedro Galipienzo Perpiñá “Caratorta” conocido por ser un hombre de fácil trato y buen carácter ocupó durante un año, 1908, la Presidencia dando paso a Sebastián Lidó Bravo, que también dirigió la Comparsa el mismo espacio de tiempo, 1909. Fiestas en las que por la incertidumbre del momento debida a la Guerra de África sólo hubo festejos religiosos y la Virgen no fue traída a Villena. “El Chato”, es decir, Antonio Catalán Ballester fue Presidente en 1910 y 1911, tiempo caracterizado por ser poco “boyante” y por una escasa participación en cuanto a Moros Nuevos se refiere. Lo mismo ocurre desde 1912 hasta 1918, años en los que Regino Arenas Marín “El Médico” asume la responsabilidad. Durante este periodo, más concretamente en 1916, es bendecida una nueva Bandera apadrinada por el hermano de Regino, Alfonso Arenas, y por su esposa, Isabel García Lillo.

La primera vez que Luis Coloma Jordán asume el reto de ponerse al frente de la Comparsa es desde el año 1919 hasta 1924, siendo Antonio Mora Tomás un gran colaborador de éste. Constancia hay de que durante ese tiempo no deja de realizarse la Comida del Asilo y que es en 1923 debido a la Coronación de nuestra Patrona cuando ésta se realiza en vez del Día 6 el Día 7 ya que coincidía con la denominada “Procesión de las Antorchas”. Fue en 1939 cuando Luis volvió a ser nuestro Presidente.

En los años veinte se produce un buen impulso para la Comparsa al ponerse al frente de ésta la peña “El Mosto”. Antonio Mora Tomás pasa de ser gran colaborador a asumir desde 1925 hasta 1929 su primera Presidencia. En 1928 sale a la calle la primera Escuadra de negros compuesta por miembros de la Peña “El resto”. Es la época de geniales cabos como Gonzalo Palací Segura y Francisco Blasco García “El Planchao”. En 1929 los Moros Nuevos no participamos durante las fiestas pero sí el Día 9 en la Entrada de Capitanes para no perder el puesto de orden que por antigüedad nos corresponde. Lo mismo aconteció en 1933 ya siendo Presidente Francisco Hurtado García “Chaquetita” (1930 y 1933), años de un nuevo bajón simbolizado por los catorce Moros Nuevos que desfilaron en 1930 -año en el que Antonio fue el Capitán y Francisco el Alférez-, y otra vez en 1934, siendo de nuevo nuestro dirigente Antonio Mora Tomás (1934 y 1935) por segunda vez y justo antes de que estallase en España la Guerra Civil que truncó, como otros miles de aspectos más, la normalidad de nuestras fiestas de Moros y Cristianos.

Presidentes desde 1939 hasta 1970

Después de los tres años de contienda comenzó una complicada labor, aplicable asimismo a la vida en el país, para conseguir sacar hacia adelante a la Comparsa y a las fiestas en general. Es entonces cuando desde nuestras filas aparecen grandes festeros como Regino Coloma, Pedro Belando, Paco Clavel, Cirilo Azorín, Francisco Velasco, Alfonso Esquembre, etc. y Luis Coloma Jordán que es en ese 1939 quien vuelve a la carga durante un año para ser Presidente por segunda vez.

Si este negro sobre blanco debiera plantarse y hacer reverencias, éste sería el momento ya que es el turno de mentar a Regino Coloma Sebastiá, quién con una fuerza inusitada y una entrega sin igual estuvo al frente de los Moros Nuevos desde 1940 hasta 1953, fecha en la que ya no estaba en Villena debido a que se marchó a Argentina y tomó posesión de su puesto durante un año Alfonso Esquembre García, quién es el actual número 1 de todos los festeros de Villena y nieto del primer Presidente, generosamente respaldado por Francisco Blasco García y Cirilo Azorín Calomardo. Constando así en el primer “Libro de Cuentas” existente de la Comparsa. De las virtudes de Regino Coloma se destaca su persistencia y su enorme tesón para con su adorada Comparsa a la que, en esos años tan difíciles, consiguió aumentar y unir como una piña. Sus valores como festero son indiscutibles y han sido elogiados en multitud de ocasiones, haciéndose merecidamente acreedor del premio instituido para los festeros ejemplares. Como muestra puede valer, por ejemplo, la cantidad de veces que fue, una vez regresó de tierras argentinas, Capitán: 1955, 1956, 1957, 1959, 1960, 1961, 1962, 1964 y 1965 y Alférez: 1955, 1956,1958, 1959, 1962, 1964 y 1965. Como vemos algunas veces era a la vez Capitán y, también, Alférez. Desde 1939 hasta 1947 la Comparsa no tiene constancia de quienes ostentaron los cargos y presumiblemente son años en los que Regino también los asumió ya que se les supone una veintena de ocasiones siendo Capitán y otras tantas Alférez. Es bajo su Presidencia cuando se realiza en Villena La Ofrenda por primera vez como ya ocurría en Valencia el año 1948 debido a las Bodas de Plata de la coronación Canónica de la Virgen. También siendo él Presidente se realizó una nueva bandera en 1952 amadrinada por Emilia Mataix de Berenguer.

En el año del Centenario (1954) Cirilo Azorín Calomardo toma las riendas de la Comparsa. Los cien años se celebraron, entre otros actos, con una Ofrenda Floral a la Patrona y estrenando la Marcha Mora “Moros Nuevos” compuesta por D. Manuel Carrascosa. Termina su labor en 1957 un año después de que se creara la figura de Madrina y sembrando la semilla de nuestra querida sala de fiestas, “La Cábila”. Le siguió en el puesto un hombre de gran carisma y personalidad, José García Galbis, durante 1958 y 1959, año este último en el que nace la Escuadra Especial de Escorpiones. En 1950 había sido el Capitán. Años después ocupó el puesto de Alcalde. Pablo Castelo Villaoz, Capitán en 1951, intentó mejorar los desfiles durante su año de transición, 1960, cuando nuestra Madrina, Fina Cabanes Soriano, fue elegida Regidora Mayor. De 1961 a 1965 fueron los años de Antonio Tomás Conca, periodo en el que se comenzaron a hacer los primeros estatutos de la Comparsa y se volvió a celebrar la “Comida de Hermandad”, que llevaba algunos años sin celebrarse, en la finca “El Caracol”. La Ofrenda ya estaba consolidada y nuestra Comparsa hizo donaciones muy importantes como el Cáliz, la alfombra roja o el lamparario de plata para el Santuario. Conseguimos el 2º Premio de Comparsas en 1963 y el 3º en 1964, año en el que nace la Escuadra Especial de los “Balubas”.

Pedro Palao Llebrés, conocido por su gran labor de cabo, presidió la Comparsa desde 1966 a 1968, periodo en el que “La Cábila” vuelve a surgir, primero en la Placeta del Cinema y después en el solar de Celiberti. Mucho se recuerdan todavía las apoteósicas Cabalgatas de 1967, año en el que conseguimos el Primer Premio por Comparsas, con la banda de la XVI Fuerza Aérea de los EE.UU. traída desde Torrejón y la de 1968 con la Majorettes de Avignon.

1969 y 1970 fueron los años de Francisco Zapater López, época en el que surge la idea de celebrar la Cena Homenaje a la Mujer por primera vez y en el seno de los Moros Nuevos. Su Junta Directiva se esmeró especialmente en los desfiles y le dio un toque oriental a La Cabalgata. Volvieron a haber Majorettes pero en esta ocasión, y ahora con un poco menos de éxito, de Barcelona. Hubo una importante inyección de socios y se creó un local Social ubicado en el número 90 de la Avenida de la Constitución. El 15 de agosto de 1970 se bendijo una nueva Bandera apadrinada en esta ocasión por el niño Joaquín Orlando Hernández Cerdán y las niñas Antonia y Basilisa García Pardo. Es en estas fechas cuando la Junta Central de Fiestas de Moros y Cristianos, organismo festero por excelencia en nuestra ciudad, se constituye. Fue primer Presidente el recordado socio Alfredo Rojas Navarro, más tarde el también socio Vicente Prats Esquembre y a él le siguió Francisco Zapater López.

Presidentes en los 70

Debido a que la Comparsa atravesó un periodo de excesivos cambios en el puesto de Presidente a lo largo de la década de los 70 es necesario abarcar para ella un apartado. Entre 1970 y 1973 podemos contar hasta siete Presidentes.

Terminadas las fiestas de 1970 fue elegido José Luís Valero Costa quien llegado abril presentó su dimisión delegando las funciones en su vicepresidente, Ramón Martínez Payá. En La Entrada de 1971 se desfiló por primera vez en dos bloques y en La Cabalgata con uno sólo con setenta y tres músicos, los de la Banda Municipal de Villena. La tradicional comida del Asilo de Ancianos se realizó, por primera vez, en sus mismas dependencias y así viene sucediendo hasta la actualidad. A finales de septiembre de ese año salió elegido como Presidente Rafael Ruiz Martínez y lo fue en 1972. Fallecido en mayo del pasado año este Moro Nuevo se recordará por lo mucho que luchó por La Cábila y el éxito que consiguió con la del Huerto de Máximo, la de detrás de la Panificadora. En la Junta del día 15 de ese año se señaló que no había Escuadra Especial. Vicente Rodes Amorós se hizo cargo del tema y organizó la creación de los Massais. Confeccionaron un extraordinario traje de “negros” con el que consiguieron el Primer Premio de Escuadras Especiales siendo el cabo Francisco Alfonso Moya Soler.

En octubre se eligió a un joven profesor de “Política” del Instituto “Hermanos Amorós”, Vicente Valero Costa, el cual unos meses después se vio obligado a presentar su dimisión debido a la controversia que habían causado unas declaraciones suyas en referencia a la Madrina de ese año vertidas en el ejemplar del periódico “Villena” que editaba el M. I. Ayuntamiento de Villena. Tuvo que ocupar la Presidencia su vicepresidente Pedro Albuixech Hernández por el espacio de tiempo justo para convocar una nueva Junta Extraordinaria para la elección de nuevo Presidente. Pedro Albuixech volvió a ser Vice-Presidente a finales de siglo con Antonio Velasco. De esa Junta realizada en mayo salió Francisco Alfonso Moya Soler y ocupó el puesto en 1973 y 1974. Durante estos dos años La Cábila continuó cosechando éxitos de verano. Paco Moya fue galardonado en su primer año como Presidente con el Premio de Mejor Cabo del Bando Moro. Fueron años de cambio tanto para la Sede Social como para La Jaima y de 1974 hay que resaltar la celebración del IV Centenario de la aparición de Nuestra Señora de las Virtudes y el Primer Congreso Nacional de Moros y Cristianos, además de por el Primer premio que obtuvimos en La Ofrenda y el Segundo que lograron los más pequeños en el Desfile de la Esperanza. El 6 de octubre de 1974 se votó a Antonio Valero Costa como nuevo Presidente y ejerció su cargo durante los años 1975 y 1976. En estos años el acto de Presentación de Madrinas no se conocía como tal y era en la noche del Día 4 cuando se les homenajeaba. El 6 de julio de 1975 se realizó un sencillo acto en La Cábila y una posterior merienda que podemos considerar las bases de las actuales Presentaciones. Ese año nos acompañaron los Moros Viejos en la Misa del Cementerio con el fin de homenajear póstumamente a Antonio Navarro Gil, “El Tito”. En 1976 la Sede Social estuvo ubicada en el número 19 de la calle Nueva y fue el primer año que se realizó la película de las fiestas, además de la primera Presentación Oficial de Madrinas.

José Jiménez Navarro asumió la Presidencia en 1977 año en que la lectura de premios se realizó por primera vez en el balcón de la Casa del Festero. Conseguimos el Primer Premio en la Esperanza, al igual que los Escorpiones, como mejor Escuadra Especial y Pedro Palao como mejor cabo. Un año en el que el Presidente quedó algo disgustado con el comportamiento general de la Comparsa en los desfiles. Su último año al frente fue en 1978, coincidiendo con el 125 Aniversario de la Comparsa, una celebración que dejó muy buen sabor de boca a todos los socios debido al gran esfuerzo que tanto el Presidente como su Junta Directiva realizaron. Los obsequios y los actos fueron de mucho lucimiento y no supuso para la Comparsa, punto muy importante, ningún gravamen.

Vicente Ferri Silvestre salió elegido Presidente tras una complicada votación. Durante su año, 1979, los terrenos del Huerto de Máximo fueron vendidos y junto con los Piratas y los Moros Realistas utilizamos conjuntamente las instalaciones del Huerto de la Puncha. Se recuerda de ese año que tanto La Entrada como La Cabalgata fue iniciada por los socios infantiles, el cambio de recorrido en La Procesión y un nuevo Primer Premio de Los Escorpiones.

 Presidentes desde 1980 hasta el 2000

Mateo Hernández Llorca dirigió las riendas en dos años (1980 y 1981) muy intensos en los que no teníamos ningún patrimonio y en los que podría advertirse algo de desánimo. Los ánimos se fueron levantando, se redactó un nuevo reglamento de régimen interno, se actualizaron los ficheros de la Comparsa, vieron la luz los primeros boletines internos y la agrupación con los Piratas y los Moros Realistas se deshizo. La Cábila y su nueva ubicación era una preocupación constante, mientras los Días 4 fueron igualmente espléndidos tanto en el Club de Tenis como en el Círculo Agrícola Mercantil. Mateo contó con el respaldo de la Comparsa y con todos los miembros de su peña.

El joven Pablo Castelo Pardo (1982-1985) se fijó dos compromisos para su mandato: la adquisición de una Casa y la realización de una Cábila. Lo primero se llevó a cabo al ponerse a la venta la casa de los hermanos Flor en la calle Eduardo Dato y formalizar la compraventa, y lo segundo al volver al Huerto de Máximo después de tres años cerrado, siendo mucho el trabajo para su adecuación. La composición “Día 4 que fuera”, compuesta para el Centenario de la Comparsa, se rescató con gran acogida y un nuevo acto nació en el seno de la Comparsa, La Rueda del Día 9. Después de sus dos primeros años Cábila había habido y la Casa era una realidad y el Presidente creyó oportuno continuar otros dos más. Años en los que volvimos a la Cábila de La Puncha y en los que su gestión, junto con la de sus dos Directivas, fue apreciada y positiva. José Luis Valero Costa volvió a asumir la responsabilidad que ya había adquirido en 1971 para los años 1986 y 1987. La Cábila se remodeló y funcionó como terraza de verano. Una nueva Escuadra Especial, los Selyúcidas, aparecieron como tal, dos años después consiguieron el Primer Premio de su categoría. En cuanto a La Casa también hubo reformas para ganar el mayor espacio posible. En el apartado de cifras tras la gestión del Presidente y de su Junta Directiva mucho se habló, se produjeron cincuenta y cinco intervenciones el día de su cese reglamentario que, en su mayoría, reprobaban el resultado del ejercicio.

Vicente Rodes Amorós ocupó el cargo de Presidente desde 1988 hasta 1993. Sus tres mandatos estuvieron caracterizados por el gran resurgimiento que experimentó la Comparsa en gran cantidad de aspectos. Comenzó con la operación “Luna de Plata” y consiguió, junto con una joven Directiva, subsanar los problemas económicos, elevar, con imaginación y esfuerzo, las Presentaciones de nuestras Madrinas a auténticas galas, hacer en la noche del Día 4 una elegante Cena con originales obsequios, vistosos y organizados desfiles y, lo no menos importante, aunar a los socios. Seis años en los que nuestra querida “Cábila”, con mucha dedicación y trabajo, tuvo su emplazamiento definitivo -de la que estamos tan orgullosos dieciséis años después-, las grandes Orquestas pasaron del Huerto de la Puncha a las nuevas mágicas noches de La Losilla. Y años también en los que, en 1991 concretamente, las Moras Nuevas, por fin, se hicieron, con un acertado diseño del propio Presidente, dueñas y señoras de las calles de Villena por derecho propio participando, de manera activa e indispensable desde entonces, en la vida de los Moros Nuevos.

José Ramón Velasco Navarro, desgraciadamente y como ocurrió con Francisco A. Esquembre Fita en 1904, tuvo una gestión muy corta debido a su fallecimiento un mes después de su elección. A él le sustituyó su Vicepresidente Primero, Manuel Estevan Ferriz, quien se hizo cargo de la Comparsa con la Directiva formalizada por el mismo José Ramón quince días después de ser elegido. Durante los cuatro años de Manuel Estevan (1994-1997) el trabajo se centró en un anteproyecto de nuevos Estatutos y modificación del Reglamento de Régimen Interior, en comprar el solar colindante de la antigua Sede Social que ya estaba en precarias condiciones, en ajardinar y vallar el exterior de La Cábila, en contratar a magníficas Orquestas como la conocida Alcatraz, en continuar con el gran nivel en las Presentaciones de Madrina, en fomentar la armonía entre los socios y en saber llevar una holgada economía.

El fin de siglo XX estuvo dirigido por Antonio Velasco Navarro (1998 y 1999). Durante el primer año el proyecto de la nueva Sede Social se hizo una realidad siendo inaugurada esta el 2 de septiembre. La Casa es desde entonces un punto de encuentro espacioso y estratégico en el que todos los socios nos sentimos cómodos y bienvenidos. Ese año, 1998, coincidió con el 75 Aniversario de la Coronación de Nuestra Señora de las Virtudes, acto que se centró en la mañana del Día 6. En 1999 apareció la primera Escuadra Especial femenina de la Comparsa, la denominada como Al-Yadidas, que todos los años impares, como este 2007, son una fiesta para los sentidos. Antonio Velasco asentó unos nuevos Estatutos, comenzó el Concurso de Pintura Festera, el cual está ya consolidado y arraigado en la Comparsa, y llevó al fin del siglo a una Comparsa segura y unida.

Presidentes del siglo XXI

Rafael Valor García, (2000 y 2001) tiene una arraigada tradición familiar con la Comparsa -es nieto de Antonio Valor Ripoll- y su trayectoria como cabo gastador es ejemplar y conocida. Fue el Presidente que inició el camino en este nuevo siglo. Bajo los dos años de su mandato se creó una página web en Internet de los Moros Nuevos, predecesora de la actual. Su periodo se puede calificar de enlace entre la construcción ya efectiva de La Casa y el 150 Aniversario. Creó un boletín de información para los socios llamado Calle Mayor, dio un aire diferente al acto de Presentación de la Madrina y la calidad de las orquestas fue en ascenso así como el esmero en las noches del Día 4.

Debido a una situación familiar Francisco Abellán Candela (2002-2007) en un principio sólo se presentó para ser miembro de una gestora pero al final accedió a ser nuestro Presidente. Respaldado por una Directiva compacta y homogénea asumió el 150 Aniversario de la Comparsa –llevado a cabo en el año 2003- resultando este un acontecimiento único que supuso para los socios un año entero de eventos y celebraciones que comenzaron el 9 de septiembre de 2002 y finalizaron un año después. La edición del Libro del 150 Aniversario y la composición “Efemérides, 150 años de Moros Nuevos” son dos ejemplos de la huella que aquel intenso año nos dejó.

Su mandato se caracteriza, porque es el actual Presidente, por la cantidad de ideas y de puestas en marcha que se realizan y por la gran acogida que los socios dispensamos. A saber: Fin de fiesta el 9 de septiembre, Romería al Santuario, Concurso Infantil de Dibujo, Ecuador Infantil, Donación de Sangre, Reencuentro con La Cábila, Jornada Rito-Gastronómica (matanza del cerdo), Jornadas de Lectura Alfredo Rojas, Gala Bailes de Salón, Concurso de Pintura Festera y Fiestas Populares, Entradicas… Todos estos actos, más los habituales que ya se realizaban, son fruto de los últimos seis años.

Desde el 2002 Francisco Abellán y su Junta Directiva han seguido mimando mucho a nuestra Sala de Fiestas dándole mucha vida y manteniendo siempre la calidad de las orquestas. Los actos de Presentaciones de Madrinas suponen un reto que desde hace ya veinte años es difícil de superar cada año, la imaginación y el trabajo son fundamentales. La noche del Día 4, institucionalizada en nuestro seno, es siempre cuidada al detalle así como los desfiles y los actos, tanto los oficiales como los internos de la Comparsa. En este periodo de tiempo se han adecuado los Estatutos a la nueva Ley de Asociaciones, se han tenido que hacer modificaciones en La Cábila y un largo etcétera de asuntos imprevistos que, como a todos y cada uno de los Presidentes que hemos mencionado, junto sus Juntas Directivas, claro está, se han ido solucionando.

Epílogo

El cargo de Presidente es un escaparate en el que quien lo ocupa está expuesto a cuantas valoraciones los socios y, en ocasiones, quienes no lo son, puedan realizar, todo ello independientemente de las Juntas Directivas y de los colaboradores que puedan haber. Si hay un puesto que trabaja codo con codo es el de Vice-Presidente y para ellos también se hace extensivo este reconocimiento. Entre ellos podemos mencionar, por ejemplo a: Pedro Belando López, Juan Esquembre Hurtado, Francisco Novella Domene, Antonio Azorín Juan, José Abellán Sánchez, Vicente Cortés Micó, Rafael García Ortín, Vicente Terol Gandía, Pedro Rodríguez Lidó, Luis Murillo Coloma, Fernando Forte Santiago, Francisco Ferrando Saúco, Manuel Carrascosa Carrascosa, José Luis Moltó Poveda, Alfredo Rojas Tomás, Tomás Navarro Márquez, Jaime Navarro Segura, Joaquín Sánchez Huesca, José Abellán Candela…

Testimonio de agradecimiento y respeto es lo que, con este artículo, he querido manifestar a quienes tomaron el destino de los Moros Nuevos como suyo. Ellos, todos, y siempre respaldados por los incondicionales y los socios y socias, han marcado las directrices de esta gran Comparsa que mira al futuro con ojos expectantes a la espera de los hombres y de las mujeres que seguirán plasmando preciosos hechos en el libro de nuestra historia. Quienes tenemos el corazón forrado de raso amarillo sabemos que, aunque con mayor o menor acierto, con las circunstancias más o menos favorables o con la fortuna de cara o de espaldas, quien es capaz de dar una parte suya se merece todo nuestro reconocimiento.

Amado-Juan Martínez Tomás

Cronista

Bibliografía: Libro del 125 Aniversario de los Moros Nuevos

Libro del 150 Aniversario de los Moros Nuevos

Fuentes: D. Alfonso Esquembre García, D. Manuel Estevan Ferriz, D. Pedro Palao Llebrés,

D. Francisco Zapater López, D. Pablo Castelo Pardo y D. Francisco Abellán

Candela.

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 “La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu

Miguel de Cervantes Saavedra

Canción: Qué caro es el tiempo Intérprete: El Canto del Loco

Parece increíble que el tiempo a veces parezca eterno y otras tan volátil. Parece que ayer mismo terminara la Crónica 2005 y, habiendo pasado infinidad de acontecimientos, me vuelvo a encontrar con el folio en blanco para realizar el mismo menester. Un trabajo que, ahora que comienza el último año en esta labor, os soy sincero, me resulta gratificante. Será porque narro desde el orgullo de ser Moro Nuevo, de una Comparsa con una historia dilatada y valiente, un presente esperanzador y halagüeño (el mucho trabajo y bien realizado por parte de nuestro Presidente y Directiva mucho tiene que ver) y un futuro que, seamos conscientes, debemos escribir nosotros, “reaños” nos sobran.

Canción: “Un millón de amigos” Intérprete: Roberto Carlos

Nuestra Cábila, pizpireta y altanera, ha sido una vez más la anfitriona de muchos amigos que en ella buscaban cobijo para sus inigualables fiestas veraniegas, como la decimoquinta Fiesta Homenaje a las Madrinas el 7 de julio, en la que los cargos recibieron a sus homónimos en el escenario.

Llegó agosto, más concretamente el 4, y fue presentado el Cartel de Fiestas, ¿recordáis? El de la mano alada. Esta vez magníficamente realizado por el socio Salva Cerdán, y también salió a la calle la Revista Especial del día 4, donde aparece el artículo con que se me fue otorgado el Premio de Historia e Investigación Alfredo Rojas, todo un honor.

Canción: Para ti Intérprete: Fernando Márquez (Paraíso)

Mercedes y Laura, Madrinas junto con Roberto y Miguel Ángel y con Diego y Rodrigo, Capitán y Alférez y Capitán y Alférez infantiles, fueron los auténticos protagonistas de los actos de sus Presentaciones. El 20 de agosto La Cábila disfrutó de una tarde de cuentos, diversión y duendes (Lunática y Soleá), gracias a que Carmen, Natalia y Ainhoa, presentadoras de lujo, supieran hilar un acto divertido en el que María, junto con sus cargos, dijo adiós como Madrina Infantil para que Laura, protagonista de una bella historia junto también con sus cargos fuera presentada a todos los socios. Nunca tan feliz como esa tarde está La Cábila con tanta “chiquillería”.

El 26 de agosto se debía entrar a nuestra sala de fiestas a través del Moro Nuevo “espatarrao” de la entrada (como en La Cábila del Raso), para después escuchar una orquestina que tocaba canciones de los 60 en el fondo de una estancia cubierta de arpillera, y es que nuestra Cábila ha cumplido 50 años como tal, y eso había que reflejarlo y, sobre todo, celebrarlo. Pero el acto de presentación nada tuvo que ver con aquella Cábila de 1957. Paco y Marisa recordaron todos los emplazamientos así como despidieron a los cargos de 2005. La música (melodías de Disney), el baile (con el Ballet Bel-liana), los recuerdos, las imágenes y gran cantidad de fuegos artificiales fueron testigos excepcionales de cómo Mercedes, radiante y guapísima, y serena en su discurso, se investía como Madrina Mayor. Dos equipos respiraban, de nuevo prueba superada.

La música es el verdadero lenguaje universal”

K.J. Werber

Canción: De vuelta Intérprete: Nuria Fergó

De vuelta estuvo La Morenica el 27 de agosto, el mismo día del Pasacalles para ser la Reina de las fiestas. Multitudinario fue su recibimiento y ese sentimiento de complacencia que hacia Ella sentimos.

Dicen que sin víspera no hay fiesta. Será por eso que tanto la dilatamos nosotros. Como es el caso de la Entradita del Dia 3, la cuarta que realizamos la comparsa con mucha asistencia de socios y con su obligado desfile.

La música debe escucharse a media luz, a fin de que la atmósfera no se vea alterada por las sensaciones visuales”

Henri Beyle Stendhal

Canción: A la luna se le ve el ombligo Intérprete: Fito y los Fitipaldis

Los propulsores de la Noche del Día 4 recibimos las fiestas con buena mesa, servida por sexto año por Eurotoque Eventos, y buena Orquesta “La Habana”, que tanta luz irradió como las velas decoradas (cuando están encendidas, claro).

Canción: Directo al corazón Intérprete: Miguel Rios

De corazón a corazón. Así fue el Pregón del socio D. Vicente Prats Esquembre, a quien nuestra Banda Oficial, la Agrupación Musical los Rosales de Bolbaite, junto con nuestros cargos, recogió en la puerta de su casa y hasta el Ayuntamiento acompañó.

La música nos conmueve y nos turba a veces; no es un nuevo mundo, sino un nuevo caos lo que crea en nosotros”

Oscar Wilde

Canción: Contigo soy feliz Intérprete: Nino Bravo

Buenos desfiles hemos realizado este año los Moros Nuevos. Un claro ejemplo es el de la Entrada, en el que el Grupo de Percusión que apareció con los cargos dio una nota muy colorida, al igual que las Escuadras Especiales: Massais, Jenízaros y Rassíes, con llamativos y elegantes trajes, y las Moras y los Moros Nuevos que bajo un sol de verano supimos disfrutar y hacer disfrutar.

Novedosas fueron las Dianas, tanto por el recortado recorrido como por la nueva opción. Ya sabéis, la del traje de paseo con fez. Dianas que gustaron y con un resultado muy positivo.

En la mañana del Día 6 nuestros niños volvieron a saber estar a la altura de las circunstancias. Inició el desfile Carlos con su querido pony, le siguieron las niñas a Marcha Militar, los niños a Marcha Mora y tres carrozas para que los más chiquitines comiencen ya a eso de “coger el gusanillo”.

Desde 1928 la Misa en el cementerio a los difuntos es una cita obligada, como la Corona de flores en el muro que separa el camposanto viejo del nuevo y el recuerdo más emotivo para los que se fueron.

Datada en 1905, aunque quizá pueda ser anterior, está la visita al Asilo. El caso es que desde entonces, e ininterrumpidamente y a pesar de los pesares, la asistencia de la Comparsa ha sido puntual. Los actos internos son muestra de personalidad, la de los Moros Nuevos.

Canción: Son de la madrugá Intérprete: Patita Negra

Ágil resultó la Cabalgata en general y también para nosotros en particular. Comenzóel Grupo de Percusión y las Moras le siguieron. Las Escuadras Especiales aparecieron haciendo de colchón en medio de una Comparsa con un toque musical y una manera de desfilar muy característica que es, a esa hora de la madrugada, siempre una brisa nueva.

La música es la voluptuosidad de la imaginación”

Eugene Delacroix

Canción: No estamos locos” Intérprete: Retama

Osadía e imaginación le echamos para ser, también, los pioneros, en la década de los 50 en la Ofrenda. Un acto en el que el amarillo se vio bastante ¡Qué bien que cada vez seamos más! Y en el que para el Centro Ocupacional APADIS, como dijo nuestro Presidente en la Iglesia de Santiago, fueron a parar 1.200€. Fuimos generosos sin ventanas a la galería una vez más.

¿Locos? ¡Loquísimos! Y también ingeniosos y el alma de la fiesta si a la Retreta nos referimos. Explico: los Escorpiones volvieron a ganar el Premio de la Peña La Golica con su puesta en escena graciosa y muy bien organizada; “La última corrida” (el tema eran los toros, aclaro) y a ellos hemos de sumarle la representación “Villena, la ciénaga de la Comarca” de Ayyubíes-La Palmerá y “Villena, hay que ser un mago pa´ponerte guapa” de las Talíes. ¿Qué sería de la Retreta sin los Moros Nuevos?...

La música es el alimento espiritual de los que viven el amor”

William Shakespeare

Nadie como La Morenica, y más aún el día de su onomástica, para agrupar en torno a Ella a todos los festeros y a todos los villeneros. La Procesión es el reflejo del cariño que sentimos hacia la Patrona. Bien uniformados y con el arma (el pico en este caso) en posición de respeto realizamos el más solemne de los actos.

El ritmo de los actos y de las fiestas en sí nos lleva a que de repente nos veamos con una rama de alábega en la mano, el regusto de un trago caliente de Cantueso y una lágrima que asoma. Será que vemos a la virgen envuelta entre pólvora cruzar el paso a nivel, llevándose alguna que otra plegaria.

Canción: Tiempos nuevos Intérprete: Los Ilegales

Todo tiene su tiempo, todo comienza y acaba. Como los días grandes y los mismos cargos. Felices y cargados de ilusiones venideras vimos a Gala, Rubén ,Gaspar, Isabel, Álvaro y Carlos en el desfile del Día 9 ¡Felicidades a los seis! Mientras que más serenos, con la seguridad de la labor bien realizada y muy satisfechos, vimos a los cargos salientes. Tiempo hubo de rodar. Quisimos enlazar en una rueda, como si de un abrazo se tratara, unas fiestas con otras pero no es posible. Lo que sí que conseguimos fue entonar nuestro “Día 4” con voces firmes y seguras, cansadas pero contentas.

La música puede definirse como la ciencia de los amores entre la armonía y el ritmo”

Platón

Tras la lectura de premios y desde el 9 de septiembre de 2002 enfilamos, todos, en dirección a La Cábila. No se puede tener mejor fin de fiestas que entre parrillada, amigos y música. Por un lado, el dolor de pies; por otro lado, la pena de quitarse el traje; por otro, la seguridad de que un par de días más….

El 24 de septiembre y con la Banda de los Chicuelos pusimos el broche a unas fiestas brillantes y muy soleadas con un día de almuerzo y paella gigante: la Comida. El recuerdo de unas fiestas está presente pero puede más las ganas de las siguientes.

Para la música, las pasiones gozan de ellas mismas

Friederich Wilheilms Nietzsche

Como decía al principio me he vuelto a encontrar con el folio en blanco, un folio que es el último de una libreta. Preparado está el nuevo cuaderno con un montón de hojas por escribir y preparada mi pluma para descargar tinta. Y otra vez el trabajo comienza desde cero para Paco Abellán y su valiente Directiva en su último año, en esta tercera legislatura, como Presidente. Y como no, estáis las Moras y los Moros Nuevos para, entre todos, rellenar ese cuaderno.

Amado-Juan Martínez Tomás

Cronista

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Prólogo

La Cábila tiene una simbología y una historia muy dilatada que interesa no sólo a la ciudad de Villena y a sus fiestas de Moros y Cristianos. Es cierto que la Comparsa experimentó un aumento espectacular en los años setenta gracias al rotundo éxito de todos los eventos que en este recinto se producían y es por ello, entre miles de aspectos más, que su cronología va ligada a la historia que abarcan las últimas cinco décadas, es decir, un tercio más o menos del cómputo total de años con que contamos los moros del raso amarillo.

Muchas veces, por no decir siempre, es apasionante sumergirse en un océano de fechas, anécdotas, cifras, emplazamientos... El libro de actas y el álbum fotográfico de la comparsa, los libros del 125 y sobre todo el del 150 Aniversario, artículos en distintas publicaciones y por encima de cualquier prueba, la memoria de quienes han vivido, y con vehemencia, todo cuanto ha acontecido son datos de un incalculable valor que he de intentar verter de la manera más clara y estructurada posible en este trabajo que tan gratamente realizo, debido a todas las connotaciones que para los Moros Nuevos tiene nuestra sala de fiestas.

El solaz y esparcimiento de un gran número de festeros ha estado y está relacionado con estas sucesivas construcciones. En este 2006 se cumplen 50 fiestas contando a partir de que apareciera la primera. Claro está que ha habido momentos álgidos y otros más moderados desde su aparición en 1957. Indiscutible es que han sido 50 años de gestiones, dedicación y trabajo por parte de cientos de personas generosas. Una ferviente trayectoria que ha sido marcada por las directrices de nuestros socios y directivos que nos acerca hasta la que ahora mismo es la actual, de la que tan orgullosos nos sentimos. Es necesario mirar hacia atrás, nos va a servir para apreciar mucho más nuestro patrimonio, no hablo del económico sino del que es más necesario e importante, el sentimental.

La de “El Raso” (1957)

Análogamente a la puesta en marcha por parte de Estudiantes y Piratas de sus salas de fiestas, en el año 1957, un grupo de inquietos Moros Nuevos consideraron oportuno que su Comparsa también podría realizar verbenas en las noches festivas de septiembre. Cirilo Azorín Calomardo, Presidente en ese año, no tuvo otra opción que la de satisfacer dichos deseos y así fue. En lo que hoy es el número cuatro de la calle Luciano López Ferrer, y que en aquel entonces era un solar, nació la primera Cábila envuelta en miles de sacrificios, tantos que el año siguiente hubo de hacerse unos cupones para sanear los grandes gastos ocasionados el anterior. (20 pts. –0’12€- mensuales de la época era la cuota a pagar). En el recuerdo de nuestros mayores está el dibujo del Moro Nuevo “espatarrao” por el que había que pasar y les recibía en la puerta, como la Orquesta “Juven Jazz” de Pinoso.

El resultado económico, evidentemente, no fue el que se hubiese deseado, sin embargo, y a pesar de que hasta nueve años más tarde la siguiente Cábila no se hiciera realidad, la semilla había sido sembrada y no cabía más esperanza de que algún día brotara con fuerza como así fue.

La del “Cinema” (1966-1967)

La semilla brotó cuando Pedro Palao Llebrés conducía las riendas de la Comparsa. La placeta del Cinema fue el lugar elegido para el resurgimiento de nuestro recinto en los años 1966 y 1967.

De aquella Cábila se recuerda el “queso” de moro con una luz negra en su interior y las inolvidables actuaciones de “Los Beduinos de Cádiz”, “Michel”, “Los Cinco del Plata”, “Lolita Sevilla” y “Luis Aguilé” (ya comenzaban a ser muy conocidas sus letras y sus corbatas), así como la cubierta con arpillera de la barra, con tres palmeras y hecha de obra, en esta ocasión, como en incontables veces más y siempre altruistamente, por el constructor de la Comparsa, el recordado y apasionado socio Amado Martínez Domenech “Costillares”, a la sazón, mi padre.

Cuando se celebró, el 23 de septiembre de 1967, la Junta General Ordinaria de Presentación de Cuentas, la Junta Directiva explicó el por qué de los gastos. Sin duda, las actuaciones anteriores tenían algo que ver en esto. Los problemas económicos son, más o menos, siempre solucionables, como se pudo comprobar, mientras que la cobardía y la indecisión no. Si de algo no se puede recriminar a los responsables de la Comparsa en este momento es de no ser valientes.

Los comienzos, o en este caso los “recomienzos”, nunca han sido fáciles. Las apuestas arriesgadas y audaces hay que realizarlas con decisión y firmeza, y a pesar de que andábamos en la cuerda floja y los resultados seguían sin ser satisfactorios, la juventud y arrojo de los socios y directivos de finales de los 60 y principios de los 70 en nuestras filas hicieron que este proyecto no decayera, sino todo lo contrario.

La del “Solar de Celiberti” (1968-1969)

Estos años fueron el último presidido por uno de los mejores cabos gastadores que hemos contado los Moros Nuevos y las fiestas de Villena, Pedro Palao, y el primero del que más tarde fuese también Presidente de la Junta Central de Fiestas, Paco Zapater López.

Después de que las cuentas saliesen “a medias”el año anterior, como agua de mayo fue cedido gratuitamente el llamado “Solar de Celiberti” por los señores Mateo Mora, Celiberti y Parra, situado en la Avenida de la Constitución. Dejaron su impronta en el escenario “Tino Frontera y las Sister”.

En este importante emplazamiento nació la Cena Homenaje a la Mujer la noche del Día 4 de 1969 gracias a una feliz idea de Pascual Quiles Flor y Vicente Prats Esquembre sucumbida por la Directiva. “Los tres de Castilla”fueron testigos excepcionales, al igual que los Moros Nuevos y sus parejas, de una memorable velada.

Esta Cábila comenzó a pertenecer al pasado cuando se informó de la cesión, también gratuita, del Huerto de Máximo para su ubicación en la Junta General Extraordinaria del 28 de febrero de 1970.

La del “Huerto de Máximo I” (1970-1978)

En lo que hoy es la calle San Juan Bosco estuvo emplazada la cuarta Cábila. Allí empezó a cobrarse entrada para acceder a la sala. Marruecos, Piratas, Estudiantes y Moros Nuevos, comparsas pioneras en estas lides, acordamos que así fuera debido a que era mucho esfuerzo económico el que se debía realizar para la contratación de actuaciones y hasta entonces cualquier festero, que con su traje se presentara, estaba exento de abonar, por lo que los ingresos eran verdaderamente exiguos.

Esta Cábila, también conocida como la de detrás de la Panificadora, estuvo siempre acompañada de un halo especial. Fue testigo de muchos éxitos veraniegos tanto por las tardes como por las noches. Noches con cuño son las de los moros de chaleco de fuego, las llamadas “Noches Mágicas”, “Noches de Ensueño”, como vemos, tienen ya años de tradición y solera.

Estrenaron en 1970 Cábila: “Los Cinco del Plata”, “Rosalía” y “Rosana”. Un recinto muy bien decorado con las paredes repletas de dibujos artísticos y el techo de arpillera.

En 1971, debido al buen funcionamiento del año anterior, se abrió temporada pronto, el 3 de julio, con “los Tres Sudamericanos”. A ellos les siguieron “Lone Star”, “Las Amazonas”, “Cristina y los Tops”, “Orquesta Copacabana” y en fiestas “Juanita Rivero”.

El progreso espectacular de nuestra instalación fue paralelo al de la Comparsa. La década de los 70 se caracterizó por un considerable aumento de socios al igual que el reconocimiento festero materializado en numerosos premios. La apuesta valiente llevada a cabo años atrás con mucho sacrificio iba dando frutos muy jugosos. Todavía faltaban años pero ya se comenzaba a escuchar términos como “masificación” y “cuota de entrada”.

La Directiva del gran Moro Nuevo Rafael Ruiz Martínez, tristemente desaparecido en mayo de éste mismo año, contribuyó a mantener esta línea. Era impensable un sábado de verano sin Cábila. El foso de la piscina, los toldos de arpillera y el derroche de “mentas” eran un atractivo irresistible.

Nombres y más nombres se han de sumar, esta vez durante los años 1973 y 1974 (año en el que la Junta Directiva, encabezada por el recordado Francisco A. Moya Soler, debido al buen ambiente creado acordó, por un lustro, un contrato de inquilinato con los propietarios): “Alberto Cortés”(80.000 pts.-480’81€- fue su caché), “Los Pequenikes”, “Los Santos Negros”, “Los Delmons”, “Los Umals”, “Los Zíngaros”... (Joaquín Luqui habría tenido mucho trabajo en La Cábila)

Dos novedades surgen en 1975, ya con Antonio Valero Costa al frente: una, cuando se acordó repartir, a cada moro, cinco abonos al precio de 1.000 pts. (6’01€) cada uno; y otra, con el inicio veraniego de la sala, al adelantarse al 7 de junio, un mes antes de lo habitual.

Muy interesantes fueron los artistas y sus tarifas en este estío de mitad de década: “Eduardo Rodrigo”, 45.000 pts. (270’46 €), “Los Mismos”, 85.000 pts. (510’86€), “Vino Tinto”, 70.000 pts. (420’71€), “Betty Misiego”, 75.000 pts. (450’76€) y en la noche del Día 4 “Nuestro Pequeño Mundo”, 110.000 pts. (661’11€).

En 1977 cambia un poco la situación y La Cábila fue para los Moros Nuevos del 1 al 10 de septiembre, ya que fue cedida a terceros durante el periodo de junio a agosto por un importe de 175.000 pts. (1.051’77€). Pero muy aprovechada estuvo a partir del Día 1 con una proyección de película de fiestas, el Día 2 con un Concierto por la Banda de Albalat de la Ribera, el Día 3 con una obra de café-teatro de Alfonso Paso (“Anda idiota, cásate”) y con las orquestas que amenizaron las noches de fiestas: “Tomba 8” y “Los Jodis”.

El “Huerto de Máximo” fue el marco para la celebración en 1978 del 125 Aniversario de la Comparsa. Un acontecimiento muy bien llevado por el equipo de José Jiménez Navarro que también contribuyó al aumento de número en nuestras escuadras. En la noche del Día 6, el ganador del Festival de Benidorm, Alfonso Pahino, dio una grata sorpresa al actuar desinteresadamente para todos los asistentes. Más adelante volveríamos a este emplazamiento ya que este año sus propietarios nos ofertaron el inmueble por valor de 5.000.000 pts. (30.051’61€) y la Comparsa consideró excesivo el precio y también el alquiler a partir de 1979: 300.000 pts. (1.803’04€). Así pues se cerraba de esta manera una época dulce.

La del “Harén del Huerto de la Puncha I” (1979)

En el año en el que Vicente Ferri Silvestre fue Presidente, los terrenos del “Huerto de Máximo” fueron vendidos y por ello el “Harén del Huerto de la Puncha”, utilizado anteriormente por Estudiantes y Moros Realistas, fue por primera vez nuestra Cábila, situada en la calle Sancho Medina, número 42. En esta ocasión era una sala de fiestas conjunta compartida por los ya mencionados Realistas y por los Piratas. 2.000 pts. (12’02€) debió abonar cada socio para que esto fuese posible. En 1980, un año después, una votación, por unanimidad, dio al traste con la continuidad de esta agrupación festera.

A este lugar volveríamos años más tarde sin saber que se convertiría en un emplazamiento muy querido.

La del “Huerto de Máximo II” (1982-1983)

Durante los años 1980 y 1981 muchas fueron las gestiones, nunca mejor dicho las “cavilaciones”, de directivos y socios para encontrar el mejor lugar para La Cábila. Los entresuelos del edificio “La Cadena”, el chalet de Miguel Lorenzo, en Las Tiesas, la bodega almazara de la familia Navarro Jover, situada en la Avenida de Alicante, y una parcela ubicada al lado del Matadero Municipal (lo que hoy son las instalaciones de la Policía Municipal) fueron terrenos sopesados y desechados por unas u otras razones. El Club de Tenis y el Círculo Agrícola Mercantil fueron los escenarios en este principio de los 80, siendo Presidente el veterano Mateo Hernández Llorca, de las Cenas en las noches del Día 4. Sitios muy bien escogidos que prestaron a estas veladas mucho empaque y elegancia.

Después de cuatro años, en 1982 volvimos al “Huerto de Máximo”. Mucho hubo de trabajar para que su acondicionamiento tras este tiempo fuese un hecho. No obstante, el esfuerzo fue compensado con un resultado excelente. Una vez más las ganas de la Directiva, encabezada ahora por Pablo Castelo Pardo, y de muchos socios hicieron la magia. En esta Cábila vio la luz el primer Día de los Cabos, evento de gran calado festero que se celebra en la noche del 1 de septiembre. Nos visitaron: “Can-Can Showbon” y “Juan José y su Orquesta Dallas” en 1982 y la “Orquesta Delmons” en 1983.

En 1984 ya no pudimos contar de nuevo y, ahora ya, para siempre, con este paraje. El Círculo Agrícola Mercantil, por segunda vez, nos sirvió de escenario: el Día 1 de septiembre con la Presentación de Madrinas y el Día 4 con la Cena Homenaje a la Mujer. Fue el contrapunto el espectáculo internacional “Polinesia Show”.

La del “Harén del Huerto de la Puncha II” (1985-1990)

Con premura y acierto actuó la Comparsa en junio de 1985. Los Moros Realistas dejaron el recinto festero “El Harén”, compartido con ellos y con los Piratas en 1979, y este local, “La Puncha”, situado en la confluencia de las calles Sancho Medina con San Cristóbal, fue por nosotros alquilado, una decisión tomada en la Junta Extraordinaria el 28 de junio de este año. Una ardua labor teníamos por delante: conseguir resultados similares a los de antaño y crear ambiente.

En 1986 hubo un aumento del presupuesto para la sala de manera muy notable: 2.550.000 pts. (15.325,81€). Este año se celebró el 30 Aniversario de La Cábila y en ella se modificó de lugar la barra, se renovó la instalación eléctrica y se remodelaron los servicios. Todos estos aspectos se informaron en la Asamblea General del 9 de mayo. Durante los meses de verano pudimos utilizarla, como años atrás, de terraza de verano. El 24 de octubre hubo otra Asamblea, esta vez de Presentación de Cuentas. Los gastos referidos a La Cábila fueron de 5.300.000 pts. (31.853,04€). Por tal motivo se aprobó un anteproyecto del Presupuesto para el siguiente año, presentado por la Directiva.

En el Presupuesto de 1987 los gastos de nuestro recinto fueron superiores a los ingresos. Seis pases a 1.000 pts. (6,01€) para los días de fiestas, con una combinación de la Lotería Primitiva con coches como premio, fue la seductora solución repartida entre los socios para mitigar la diferencia. El 8 de octubre cesó José Luis Valero Costa de Presidente.

Años de trabajo, resurgimiento, optimismo y resultados fueron los venideros. La Cábila empezó a ser testigo de presentaciones a la altura de Galas en las que los asistentes fuimos testigos de impresionantes puestas en escena. La noche del Día 4, a partir de 1988 distribuida en engalanadas mesas redondas, se sirvieron con auténtica prestancia y buen gusto. Es de ley remarcar las orquestas de este año: “Insignia” y “Túrbula-Show”, a la cual debemos los Moros Nuevos que el cuño de “Noches de Ensueño”, todavía hoy, remodelada eso sí, siga vigente y con inusitada fuerza.

A pesar del frío y de la lluvia, en 1989, La Cábila abrió, de par en par, sus puertas. “Supermagnos” y “Túrbula-Show” pusieron entusiasmo para que la temperatura fuese una mera anécdota.

1990 fue el año en el que el “Proyecto Cábila” cogió sin freno carrerilla. En la Junta General de Presupuestos que tuvo lugar en La Casa (Eduardo Dato, número 4) el 23 de marzo de ese año, el Presidente, Vicente Rodes Amorós, informó de las gestiones realizadas para la adquisición de un terreno donde podría ubicarse La Cábila, ya que ésta del “Huerto de la Puncha” lo necesitaban, sin prisas pero sin pausas, sus propietarios.

Muchos trabajos, tanto de tipo técnico como económico, el Presidente y una comisión realizaron, explicándolos éste con meridiana claridad en el Boletín interno número 16 de la Comparsa, en el mes de abril, con el título “La Cábila, un ilusionado proyecto”. Los socios quedamos así al tanto de todo cuanto a esas gestiones nos concernía.

En la Asamblea General Extraordinaria del 4 de mayo, en la sala de juntas de la calle Joaquín María López número 14, y tras estudiar y debatir los factores positivos y los negativos del conjunto técnico-económico del proyecto, se procedió a la votación nominal y secreta mediante papeleta entre los 220 asistentes a la reunión. El resultado fue el siguiente: 150 votos afirmativos, 65 votos negativos, 4 votos en blanco y 1 voto nulo. El “Proyecto Cábila” quedaba así aprobado en su totalidad ya que el recuento aclaraba que el voto afirmativo superaba a los demás en dos tercios del total. La Asamblea acabó a las 02:30 horas de la madrugada con un inmejorable sabor de boca. Habíamos visto, incluso virtualmente, cómo quedaría nuestra Cábila y sabíamos los datos: Finca número 20.542, Libro 287, Folio 96, inscripción 3ª del Registro de la Propiedad de Villena, al igual que la descripción: siete tahullas y media o 63 áreas, 90 centiáreas de tierra de riego en la partida de La Losilla a un precio de 8.898.750 pts. (53.482,56€).

Las últimas fiestas en el “La Puncha” se caracterizaron por una mezcla de nostalgia y de ilusión. Por fin, después de tantos años, un terreno nuestro iba a ser la base de esta Cabila nuestra, tan querida y tan nómada. Se deseaba con fuerza que el tremendo esfuerzo que íbamos a soportar durante unos años se viera compensado por el éxito de un local festero que trascendió, y todavía trasciende, los límites de la Comparsa, de nuestras fiestas y de nuestro pueblo.

Construcción de la de “La Losilla”. Nuestra Cábila

La importancia de la construcción de la nueva Cábila llevó a nombrar una Comisión, en 1990, a modo de interventores y censores. Las gestiones iban produciéndose y en enero de 1991 se solicitó la licencia y se firmó el proyecto eléctrico (el enganche ascendió a nada menos que 1.119.513 pts. (6.728,41 €)) y comenzaron las ofertas para la gran obra.

El 17 de febrero es una fecha simbólica. Fue el día en que se colocó la primera piedra de nuestra sala. Ginés Pardo y Carmelo Dávila, en este primer domingo de Cuaresma, oficiaron la Santa Misa en el todavía solar. Una jornada de hermanamiento que comenzó temprano y en la que hubo desayuno, desfile y la certeza de caminar todos juntos en la misma dirección. Febrero “el corto” dio para mucho y fue el mes en que todo comenzó a rodar: el día 14 se contrató la jardinería, por un importe de 4.800.000 Pts. (28.848,58 €) el 25% a la firma y el resto a seis meses, incluyendo la fuente, el goteo, plantaciones…; el día 15 se colocaron los primeros bloques; el 19 el pavimento era contratado al precio de 3.000 pts. (18,03 €) el metro con zahorra, mayazo, cemento y el grabado, y el 26 la estructura se comenzaba a formar, ésta a 18.000 pts. (108,18 €) el metro cúbico.

Llegó marzo y el día 2 estaba acabada la obra del escenario y el compactado del suelo y se comenzó la cimentación de los aseos. Un día más tarde también se empieza con la fachada. Ya conocíamos dos nuevos presupuestos: el de la construcción metálica de las dos barras y del escenario que ascendió a 1.650.000 Pts. (9.916,70 €) y el de la acometida del agua: 650.000 Pts, (3.906,58 €). El presupuesto de La Cábila ascendió a 3.685.000 Pts. (22.147,30 €) siendo el de la Comparsa de 11.846.971 Pts. (71.201,73 €) Estas cifras las conocimos el 22 de marzo en una Junta Ordinaria. La cuota de los socios se mantuvo debido a que este año, 1991, la Comparsa contó con un importante número de altas. Las Moras Nuevas iban a irrumpir con inusitada fuerza y deseo en las fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

En abril se trajo desde la tierra de los tulipanes (Países Bajos) el vinilo que se colocó para formar los arcos de la herradura en los cristales de los pabellones, 1.648.000 Pts. (9.904,68 €) y se decide que el letrero será en azul y oro y se realizará en Barcelona

Mayo finalizó con los muros y la pared exterior terminada al igual que la taquilla, los capiteles de los pilares y los moldes de los arcos. Los cristales de los pabellones también estaban colocados. Las puertas ascendieron a 462.173 pts. (2.777,72 €) y la instalación eléctrica a unos 4.000.000 Pts. (24.040,48 €). Se continúa con la valla, los pilares y la gran cantidad de azulejos. El ritmo es muy bueno.

En la Asamblea General Extraordinaria del 21 de junio, el Presidente, Vicente Rodes, expuso diversos dibujos de las diferentes fases que él mismo había preparado. La Junta Directiva propuso que los 40.000.000 Pts. (240.404,84 €) iniciales del proyecto se ampliaran a 62.000.000 Pts. (375.632,57 €) debido a dos razones: la construcción de un segundo pabellón cubierto y la finalización total de las obras. La tranquilidad vino de mano del Presidente al puntualizar que las cuentas eran casi matemáticas en este último presupuesto y que el margen de error sería insignificante. El mes de junio fue, sin duda, frenético. La obra se quería terminar completamente y en el aspecto económico hubo algunas dudas pero confianza porque todo estaba previsto. Surgieron, cuando todo iba más o menos encaminado, los desasosiegos propios por querer que todo resultara como nos merecíamos. El esfuerzo estaba empezando a verse compensado pero faltaba el empujón definitivo.

Acabando julio el suelo estaba listo y las palmeras comenzaban a afianzar sus raíces. En este mes el “yesaire” comenzó, los arcos se desencofraron, vino una nueva “cuadrilla” de albañiles, se terminó la escalera del escenario, los fontaneros empezaron su trabajo…

Llegó agosto y el nerviosismo era palpable. Se tuvo que construir una poza para el desagüe de las aguas de lluvia. El alcantarillado, claro está, no existía. Los trabajos de jardinería nos preocuparon pero el día 13 fueron colocadas las plantas. Los azulejos ocuparon su sitio en todos los huecos para ellos destinados. El 23 (¡faltaban sólo ocho días para la inauguración!) el césped ocupó su espacio. Se sucedieron los contratiempos de última hora pero en las caras se reflejaba satisfacción. El milagro estaba a punto de producirse. Con los nervios a flor de piel pero con una ilusión desbordante y pletóricos de felicidad vimos que el sueño iba a ser realidad y que el 31 de agosto, con el último de los retoques, la cinta de nuestra Cábila iba a ser cortada.

La de “La Losilla”. Nuestra Cábila. (1991-2006)

La noche del 31 de agosto de 1991 se ha de recordar con renglones derechos y ribetes dorados. La media luna mora nos acompañó y su embrujo supo subyugarnos cuando, tras cortar la cinta y descubrir una placa conmemorativa, todos los socios y, por fin, socias accedimos al lugar que nosotros tanto habíamos deseado. La media luna mora nos mostró un recinto acogedor en el que el verde de las palmeras y el sonido del agua de la fuente al recibirnos se mezclaba con el rojo latir de todos nuestros corazones emocionados. Atrás quedaban los años de ir improvisando salas de fiestas. Aunque siempre con gran dignidad y decoro habíamos salido hacia delante, como hemos visto, ahora era el momento de disfrutar algo nuestro, una realidad.

Alfredo Rojas Navarro fue quien habló por primera vez en el estrenado escenario. Él, como nadie, sabía la historia de los Moros Nuevos y lo demostró. Siempre a la altura supo situarnos en el gran momento que estábamos viviendo y nadie mejor que él para embebernos más, si cabía. Vicente Rodes Amorós, el Presidente, pletórico y vehemente tuvo palabras de admiración para su Comparsa. Él, precisamente, sabía mucho de desvelos, de trabajo y de dedicación.

No faltó en esta velada la Orquesta “Túrbula”. Fue ella la que modificó la canción “Bravo por la música” por “Bravo por La Cábila” mientras que los fuegos artificiales iban produciéndonos un efecto embelesador. La primera noche de ensueño en La Cábila de La Losilla, en la nuestra, en la actual, estaba servida. El comienzo no pudo ser más halagüeño y alentador.

El 27 de marzo de 1992, día en que se convocó la Asamblea para la presentación del Presupuesto de ese año, se indicó que la cuantía total de la inversión en cuanto a La Cábila ascendía a 72.915.580 Pts. (438.231,46 €) y se verificaron todas las partidas. La Comisión nombrada para ello hizo de supervisora.

El primer verano de la nueva Cábila comenzó el 3 de julio. La presentación del disco “Tecno Valencia 2” fue un verdadero éxito. Al igual que la “Noche Tuareg”, celebrada el día 11 de julio y organizada por dicha escuadra perteneciente al Bando Marroquí. El 15 de agosto nació la llamada Fiesta “Homenaje a las Madrinas”. Nuestros cargos obsequian a sus homónimos con la insignia de la Comparsa desde entonces en este acto. Los villeneros ya comenzaban a conocer la sala de fiestas que tan unida ha estado y está a la memoria colectiva de la ciudad. Fue el prólogo de unas brillantes noches de fiestas amenizadas por las orquestas “Túrbula”, “Cassino” y “Jerusalem”.

El Presupuesto para La Cábila ha ido, obviamente, aumentando progresivamente. En 1994, 8.455.000 Pts, (50.815,57 €) iban destinados para ella, y 2.365.000 Pts. (14.213,94 €) para sus gastos extraordinarios.

Ya desde finales de los ochenta e incluso antes, las Presentaciones de nuestras Madrinas, tenían una gran repercusión. Con el nuevo marco las posibilidades se dispararon y si antes eran auténticos espectáculos ahora ya se conseguían magistrales puestas en escena. La imaginación y el desbordante sacrificio ha hecho posible que año tras año el reto se haya conseguido superar, posiblemente, debido a la magia de la ilusión.

Si algo ha caracterizado a La Cábila de los últimos tiempos es la calidad de sus orquestas. Cuatro años consecutivos (1994-1997) disfrutamos de la conocida “Orquesta Alcatraz” en la noche del Día 4. Todo un placer para comenzar las fiestas. A ella, este mismo año, 1994, hemos de sumar nombres como “Benidorm”, que también actuó en 1993, “Pablo y su orquesta”, “Cassino” y “Flashunión”.

El nuevo lugar de esparcimiento para los Moros Nuevos y todos nuestros amigos perteneció de inmediato a la vida de la Comparsa. Allí se empezó a celebrar el Brindis Fin de Año, las Comidas de Hermandad, los Campeonatos de Ajo y Gachamiga… Y, a la vez, hemos visto como Directiva tras Directiva la han mimado muy especialmente. En 1994 su aspecto mejoró con la colocación de las rejas de hierro y el jardín exterior. Todo un acierto. Desde ese año el pistoletazo de salida para los eventos veraniegos es la “Fiesta Mora”. Una celebración que va en aumento y que convoca a multitud de jóvenes, y no tan jóvenes, hasta altas horas de la madrugada bajo un espléndido cielo de estrellas estivales.

En los últimos años de la década de los noventa otra importante construcción fue abordada por los Moros Nuevos también con acierto. La de la Sede Social. Las casas adyacentes fueron adquiridas y nuestra Jaima fue erigida en 1998. Ello no supuso para La Cábila detrimento alguno ni mucho menos, prueba son las orquestas que allí han actuado: “Libertad”, “Paralelo”, “Tic-tac”, “Pablo y Villena”, “Pershing”, “Tribu”, “Cuadrilla Latina”. Para continuar en fiestas posteriores con nombres como “Volcán”, “Orquesta Santiago y la Central de Música”, “Carrusel”,”La Habana”, “Batucada”, “Millenium”, “Coco” o “Belissima”, la que el año pasado consiguió nuestro aplauso y verdadero reconocimiento.

Nuestro recinto se ha visto anfitrión en diversidad de actos y eventos. Ha sido y es el lugar escogido por muchos socios para celebrar bautizos, comuniones y, sobretodo, bodas. Por su escenario han pasado multitud de artistas, la Gala Benéfica de APADIS ha tenido allí su marco perfecto y gratuito durante muchos lustros, las Presentaciones de las Regidoras Mayores de fiestas también han tenido cabida, al igual que unas noches del Día 4 verdaderamente rutilantes y apoteósicas. A lo largo del estío es un “lugar pasión” sin rival capaz de reunir a miles de personas. Cierto es que contrasta esta cifra con la que se produce durante las noches de fiestas, pero si somos justos y sopesamos en una balanza el número de satisfacciones y de retribuciones que de nuestra sala recibimos supera con creces la oscilación del otro peso, sin lugar a dudas.

Cincuenta fiestas han pasado desde las primeras con que contamos con una Cábila. Mucho, en apariencia, han cambiado las fiestas y las circunstancias. Sin embargo, el espíritu festivo y festero de aquellos “moricos” sigue indeleble entre los muros de todas y cada una de las salas de fiestas que han ido pasándose el testimonio. Sus paredes han visto a Presidentes responsables, Directivos osados, cargos emocionados. También han sido testigo de muchos bailes, unos frenéticos y otros suaves, de besos dulces, de miradas robadas…

De La Cábila mucho podemos hablar, decir y escribir. Cincuenta años son una vida y, sin embargo, son tan sólo el comienzo. Su mejor homenaje es pisar su suelo, respirar su esencia, sentir su historia, disfrutar su existencia, y continuarla.

Amado-Juan Martínez Tomás

Cronista

Fuentes: Libro del 125 Aniversario, Libro del 150 Aniversario, Libro de Actas de la Comparsa, Pedro Palao Llebrés, Carmen Tomás Sánchez y Directiva de la Comparsa.

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