Saltar al contenido

Vivir en el corazón de los que dejamos detrás de nosotros no es morir.

Tomás Campbell

Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja.

Proverbio italiano

Prólogo

Resulta harto complicado, hasta para quienes vivimos las fiestas de Moros y Cristianos de cerca e intensamente, definirlas de una forma que sea justa, y sobre todo completa, debido a que son éstas un compendio de un sinfín de matices. Cultura, religiosidad, historia, hilaridad, costumbres, tradición… se dan la mano, y no sólo del 4 al 9 de septiembre ni mucho menos, para enzarzarse en actos de todo tipo, clase y calado. Los días de fiestas, a lo largo de todo el año también pero en eventos con otro marco y de otra esencia, descubrimos que podemos asistir a majestuosos desfiles con connotaciones únicas cada uno de ellos, a fidedignas representaciones históricas y a situaciones de carácter afectivo y lúdico imposibles de sentir y vivir si no es Día 5, Día 6, Día 7… Esto es así y es una suerte que lo sea pero es justo afirmar que, para nada, es nuevo sino que quienes nos entregaron el testigo de estas fiestas que tanto nos enorgullecen ya lo visualizaron de esta manera. Todas y cada una de las comparsas que formamos las fiestas de Moros y Cristianos de Villena poseemos señas de identidad definidas y por ello, cada una de nosotras, tenemos actos internos que nos perfilan todavía más si cabe –mucho hincapié hacemos en ello-. Los Moros Nuevos, del 9 al 4 de septiembre, tenemos una apretada y variadísima agenda: Ecuador Infantil, Party Moros Nuevos. Juegos en Red, Donación de Sangre, Reencuentro con La Cábila, Concurso de Pintura “Moros Nuevos”, Aprendiendo de Vinos, Gala de Bailes de Salón, Romería al Santuario, etc. actos éstos que nos simultanéa unos meses con otros sin darnos apenas cuenta y durante los días de fiesta, y desde hace décadas, esta agenda es igual de intensa. Sobre todo el Día 6. Jornada en la que coincide la Embajada con la Visita a los ancianos del Asilo por la tarde y, por la mañana, tras la Diana acudimos al cementerio para realizar allí, delante del panteón de la familia Amorós, una Misa en honor a los difuntos.

70 Aniversario

La vorágine que significa nuestra propia existencia, y por consecuencia las fiestas, nos conlleva a realizar rituales de los que en realidad no tenemos consciencia de por qué los llevamos a cabo de esta manera ni tan siquiera de por qué los llevamos a cabo. El acto de la Misa del Cementerio es uno de ellos. Es éste uno de los más característicos, ligados y emotivo para los Moros Nuevos y seguro estoy de que un gran número de festeros de los del raso de oro desconocen los datos que a continuación se van a verter.

En este 2011 se cumplen, nada más y nada menos, que el 70 Aniversario desde que la Comparsa de Moros Nuevos decidió acudir al camposanto municipal para rendir homenaje a quienes sintieron y aportaron, en ocasiones mucho, al destino de la comparsa para que sea lo que hoy en día es: una asociación cohesionada, fortalecida, orgullosa de una valiente y arraigada historia y con una visión de futuro decidida y halagüeña. Una misa del Cementerio que fue tomando un denodado interés y que llegó a ser multitudinaria. Año tras año, y desde 1941, somos muchas las personas que nos damos cita alrededor del panteón de la familia Amorós –el que sea así también tiene un porqué- para oír la Santa Misa y cómo la Banda de Música Oficial interpreta la marcha mora “Moros Nuevos”, del Maestro D. Manuel Carrascosa. No sin antes depositar en la Cruz central una corona de flores y como preludio de la posterior visita a las tumbas de los moros/as fallecidos/as durante el año.

 Luis Coloma Jordán y Regino Coloma Sebastiá

Para indagar en los orígenes del acto que nos ocupa hemos de detenernos en las figuras de dos Moros Nuevos –padre e hijo, además- que estamparon sus nombres, por su dedicación y cariño a la comparsa, con tinta imborrable. Del fallecimiento del primero y del reconocimiento y admiración de su hijo nace la Misa del Cementerio y es por ello que en ellos y en sus contornos como festeros debemos detenernos.

Luis Coloma Jordán asumió la presidencia de los Moros Nuevos, la primera vez, desde el año 1919 hasta 1924, siendo Antonio Mora Tomás un gran colaborador de éste. Constancia hay de que durante ese tiempo no dejó de realizarse un acto interno tan importante como es la Comida del Asilo y que en 1923 se celebró la Coronación de nuestra Patrona y la denominada “Procesión de las Antorchas”. A este periodo de seis años al frente de la Comparsa se sumaría, quince años después, uno más.

Después de un trienio de contienda arrancada en 1936 comenzó una complicada labor, aplicable asimismo a la vida en el país, para conseguir sacar hacia adelante a la Comparsa y a las fiestas en general. Es entonces cuando desde nuestras filas aparecen grandes festeros como Regino Coloma, Paco Clavel, Cirilo Azorín, Francisco Velasco, Alfonso Esquembre, etc. y Luis Coloma Jordán es en ese 1939 quien vuelve a la carga durante un año para ser Presidente por segunda vez con una Directiva compuesta por Pedro Belando López, Antonio Pérez Ferriz “El Furni”, José Pérez García “El estanquero”, Cristóbal Amorós, José Soler Requena “El barón” y, de nuevo, Antonio Tomás Conca.

Regino Coloma Sebastiá tomó el testigo de su padre con indiscutibles ganas y con una entrega sin igual. Estuvo al frente de los Moros Nuevos 14 años, desde 1940 hasta 1953, fecha en la que hubo de desplazarse a Argentina y tomó posesión de su puesto en 1954 Alfonso Esquembre García junto con Francisco Blasco García y Cirilo Azorín Calomardo.

Porque es en nuestro Libro del 150 Aniversario donde se explica la categoría de este festero con claridad meridiana, paso a trascribirlo literalmente: “Hombre nacido el día 7 de septiembre de 1902 entre sones de fiesta, cuyos primeros pañales fueron las propias prendas del traje de moro nuevo, prendas que año tras año continuó vistiendo hasta que se marchó de entre nosotros. Sólo hubo un año que no nos acompañó en las fiestas, por encontrarse en Buenos Aires; pero no por eso dejó de celebrarlo a su manera, poniéndose allí mismo el traje de moro nuevo y dando lugar a un espectáculo insólito entre sus convecinos argentinos.

Este presidente, que por sus virtudes festeras y humanas se hizo acreedor del máximo galardón instituido para festeros ejemplares, luchó denodadamente por la Comparsa, tanto en labores de captación de socios, como en la realización de cualquier tipo de actividad, por muy desagradable que ésta fuera.

Además de presidente y directivo, fue capitán y alférez en infinidad de ocasiones.

Uno de sus objetivos como presidente fue la consecución de nuevos socios, labor que no fue infructuosa del todo. Es de destacar el fichaje en sus primeros momentos del que siempre fue embajador de los Cristianos, Antonio Tomás Conca “Candileja”, al que luego, años después, se le daría el nombramiento de presidente de honor nuestra Comparsa. Más tarde, a mediados de los años 40, se hizo una nueva labor de captación entre la juventud del momento dando de alta a nuevos socios, entre ellos a Pedro Palao Llebrés, quien pasó a ser uno de nuestros cabos oficiales.”

Está, desde que murió D. Regino Coloma, la plaza de Sultán de los Moros Nuevos vacante.

La Misa del Cementerio

La recopilación de datos, el ensamblaje de los mismos y la búsqueda de escritos y artículos relacionados con un asunto se hacen, siempre, más interesante de lo que a priori puede parecer. Y esto es así porque la recompensa no es otra que, en la mayoría de ocasiones, la sorpresa de lo que llevas a la luz por un lado y la confirmación, por otro, de que siempre ha habido quienes generosamente y con mucha vista y sentido han ido allanando el terreno. D. Alfonso Esquembre ya en 1991, cuando se celebró el 50 Aniversario de este acto, investigó sobre él, nuestro Libro del 150 Aniversario así como nuestras Actas son una fuente caudalosa y, como no, la memoria de quienes allí estuvieron hacen que todo tenga explicación. Esa que el ser humano tenemos la “manía” de buscarle a todo.

El 27 de febrero de 1941 murió D. Luis Coloma Jordán siendo su hijo, D. Regino Coloma Sebastiá, el Presidente de la Comparsa. Seguramente a petición suya y con la aprobación, es de suponer, de la Directiva, debido a la trayectoria festera de D. Luis, se acordó llevar en la mañana del Día 6 de septiembre una corona de flores a su tumba. El acto sencillo y sin pompa alguna fue, visto el desarrollo de los acontecimientos, del agrado de los Moros Nuevos. La corona de flores, en la tumba del que fuera Presidente, era un gesto que se hacía significativamente extensivo y servía de homenaje no sólo a él sino a todos los que habían formado parte de los moros del pantalón amarillo. Es por esta razón que en los años 1942 y 1943 se repitiera el mismo gesto y en las dos ocasiones “sólo con corona”.

El 6 de octubre de 1943 falleció D. Salvador Amorós Martínez y muy poco después, el 13 de noviembre lo hizo D. José Amorós Cerdán, hijo del anterior. Estos acontecimientos fueron importantes para el devenir del acto que nos ocupa porque a partir del año siguiente, 1944, la sencilla corona de flores se completó en una Santa Misa en el panteón de la familia Amorós –lugar en el que todavía se sigue celebrando- presidida, hasta que sus facultades físicas se lo permitieron, por Doña Isabel Cerdán Gómez -Esposa de D. Salvador y madre de D. José- oficiada por el sacerdote de la parroquia de Santiago –esto fue así durante muchos años- y ayudando a arreglar el altar, además de algún Moro Nuevo, y llevando los ornamentos una persona de confianza de la familia, Doña Trinidad Soriano.

Esto fue así porque la familia Amorós además de participar muy activamente en obras sociales, culturales y educativas de la ciudad lo había hecho también en el seno de la Comparsa. Sin olvidarnos de que D. José Amorós era miembro activo de la misma y, a pesar de que no figura en ningún lugar, se dice que fue Capitán en la década de los años 20.

Durante 18 años fue D. José María Baquero quien ofició al brindarse como capellán de la Comparsa desde que llegó al colegio Salesianos. En 1973 cedió su cargo al primer Moro Nuevo-Sacerdote D. Ginés Pardo García con solemnes y muy emotivas palabras.

Después de tantos años es lógico que la Misa del Cementerio haya pasado por muy diversas etapas hasta llegar a nuestros días. Anécdotas no le faltan al igual que curiosidades como las que cuenta el socio número 1 de la Comparsa D. Alfonso Esquembre: “Si tenemos en cuenta que al terminar la diana del día 6 y sin almorzar, y por la falta de transporte había que ir andando junto con la música, es natural que este acto fuera decayendo, máxime cuando los miembros de la comparsa éramos relativamente pocos y había que quedarse algunos para realizar las salvas. En 1948 se alquiló el camión de Valero que por 50 pesetas nos llevó a

“todos” y que nos esperaba en la Puerta de Almansa y al siguiente año ya fuimos en un autocar de La Onteniense que cobró 150 pesetas.”

1991. 50 Aniversario

En el capicúa año del siglo pasado –fecha en la que además de la construcción de la nueva Cábila salieron a la calle por primera vez las Moras Nuevas- y con carácter extraordinario, D. Arsenio Irigoyen Urtasun, el entonces arcipreste de Villena, ofició la Santa Misa en el Cementerio el Día 6. El motivo fue el 50 aniversario del acto. Durante la homilía fue él quien felicitó a la Comparsa por llevar a cabo celebraciones de este tipo y quien supo realizar un acto cargado de emotividad y recuerdo. Tanto por los cincuenta años que entonces habían pasado como por las personas que se quedaban en el camino. Al igual que él, y en el Programa Interno y anual de la Comparsa –el llamado “Huevón”- lo hacía el Obispo de Orihuela-Alicante con este Saluda:

“Con mi cordial oración y saludo a la comparsa y simpatizantes de “Moros Nuevos” de Villena, en el 50 Aniversario de sus celebraciones en sufragio de sus antiguos compañeros. En el Señor. Sept. 91”

El asturiano D. Francisco Álvarez Martínez ocupó el cargo de Obispo desde 1989 hasta que en 1995 fue designado para ocupar la Sede Primada de Toledo y más tarde fue nombrado Administrador Apostólico de Cuenca.

2003. Lápida conmemorativa

A pesar de ser éste un acto de mucha tradición no fue hasta el 2003, fecha de nuestro 150 Aniversario, cuando en el mismo cementerio se instaló una placa conmemorativa que reflejaba lo que con tan buena intención se realiza allí cada 6 de septiembre. En una ocasión tan especial y aprovechando la ampliación del camposanto así se dispuso.

En la crónica oficial de este año la reseña a esto es la siguiente: “Trepidante Día 6. Acabó La Diana, fluida como viene siendo habitual, y nos dirigimos desde la calle Ferriz hasta el cementerio. La sombra alargada de los cipreses nos recuerdan de forma perentoria el motivo de la visita. Tras la Misa Homenaje a nuestros difuntos, la ofrenda de flores en su memoria, la cual ya tiene, por fin, un lugar específico. La pared que separa el camposanto nuevo del anterior soporta el peso de la lápida conmemorativa que, para tal efecto, se descubrió.”

En la lápida, encabezada por el escudo de la Comparsa a la derecha, la silueta de la Virgen de las Virtudes en el centro y el anagrama del 150 Aniversario a la izquierda, se puede leer: “La Comparsa de Moros Nuevos en su 150 Aniversario, en recuerdo a las Moras y Moros que nos precedieron y como muestra de gratitud. Villena 6-9-2003”.

Epílogo

Desde el 2004 la lápida colocada se cubre de flores en recuerdo de tantos y tantos moros/as y amigos/as que a la memoria, entre alargados cipreses, regresan, una vez más, a nuestras retinas.

Muchos actos se producen a lo largo del año, los he mentado anteriormente, y una inmensa lista se suma en los días grandes de nuestras fiestas de Moros y Cristianos. Es por ello que es de justicia que dentro de todo este entramado exista un hueco para el recuerdo y para hacer un pequeño alto en el camino. No está de más pararnos, hacer balance y poner, a quienes tanto y tan generosamente nos dispensaron, en el lugar de la memoria y del corazón que se merecen.

Los rituales, aunque en ocasiones no nos demos cuenta, son necesarios en el día a día. Existen amorosos, de discusión, de saludo, de despedida, de conflicto, festivos, de transición, etc. y aportan, los que son positivos, evidentemente, armonía, orden y seguridad al caótico vaivén de sentimientos. Un ritual es una secuencia fija de acciones que se realiza en un determinado momento y un determinado lugar con una determinada finalidad. El ritual que los Moros Nuevos realizamos cada 6 de septiembre por la mañana no es un ritual vacío ni tiene efectos destructivos, todo lo contrario. No es necesario, de sobra lo sabemos, que todo lo que hagamos sea trascendental, lo importante es que nos sirva y nos haga sentirnos bien.

En el pasado año un aspecto más de las fiestas, la pólvora, también tuvo su lugar en la Misa del Cementerio gracias a Luciano Poveda Arráez, Capitán 2010. Con el arcabuz al hombro, los guantes de cuero en las manos y el afecto en el corazón hizo que el estruendo tan típico de nuestros grandes días y momentos sonará ensordecedor y contrastara, inmediatamente después, con el clamoroso silencio característico del lugar. Quizás no sólo a los allí presentes se nos hizo el nudo en la garganta.

Cuando este próximo Día 6, en el que por la modificación horaria del Desfile de la Esperanza acudamos a las 12:00 y no, como era habitual, a las 9:00 de la mañana, espero que volvamos los Moros Nuevos a nuestra cita con la tradición de acudir al cementerio –la que será la número 70, nada menos- y sintamos, todavía más, la gratitud por quienes supieron legarnos, en el ámbito de nuestras entrañables fiestas de Moros y Cristianos, una herencia tan dispar, variada y rica.

 Amado-Juan Martínez Tomás

Bibliografía:

-Actas Internas de la Comparsa de Moros Nuevos.

-Esquembre García, Alfonso.

(2001) “Cincuenta aniversario del acto del Cementerio”. Programa Interno de la Comparsa de Moros Nuevos 1991.

-Libro del 150 Aniversario de la Comparsa.

-Crónica Oficial de la Comparsa del año 2003.

Agradecimientos:

-Ángeles Dolores Forte García

-Luciano Poveda Arráez

Share

El hombre es el que hace la historia”

Gregorio Marañón

Los Protagonistas

Protagonistas de excepción hemos vuelto a ser, de nuestras propias fiestas, los Moros Nuevos. Desde el más veterano hasta quién por primera vez ha sentido en su piel nuestros colores, desde la implicación de un indispensable Directivo hasta el “festerico” que lo es del 5 al 9, desde el más abstemio al más beodo, desde el cabo hasta el músico, del más religioso al menos, del más trasnochador al más “Dianero”… todos hemos sido protagonistas.

No cabe duda que para algunos habrán sido unas fiestas más y para otros unas muy especiales. Para los Jenízaros, los Rassíes y las Al-Yadidas han sido pletóricas, extenuantes y memorables. Para los Selyúcidas, en su 25 Aniversario, un punto y seguido alentador y dulce y para los Massais, nuestros Massais, el año en el que han dicho adiós -Un adiós tras 38 años cargado de emociones, dignidad y saber hacer-. La exposición, que en nuestra Sede se inauguró, el 2 de julio, mostró el empaque y la gran categoría de diseños que les ha avalado.

Para quienes el acto del Cementerio cobró esta vez especial relevancia, para quienes subieron, otra vez o de nuevas, a la carroza el Día 6 en la Esperanza, para quienes han salido disparando, han estrenado prenda o traje, han encontrado o desencontrado un amor el año 2010 se quedará grabado en la memoria. Y en la memoria, y seguro que en el corazón, lo llevaran quienes con simpatía, juventud y ganas han escrito, con su impronta, una página más en nuestra historia: Sara David Giner, Clara Clement Pérez, Luciano y Francisco José Poveda Arráez, Alejandro López Samper y Víctor Falo Domene, Cargos 2010 de la Comparsa de Moros Nuevos.

El que no espera nada de los hombres es superior a todos los hombres”

Amado Nervo

Las Presentaciones y los Prolegómenos

Tras un año salpimentado, mes a mes, de actos en los que la convivencia entre socios fue más que notable y visible llegamos al verano. La Cábila fue testigo de la 4ª Gala de Bailes de Salón, de exitosas fiestas abarrotadas de jóvenes, de nuevo, y de cómo “la roja”, nuestra invencible selección de futbol, se hacía con una estrella al alzar la copa que nos acreditó como Campeones del Mundo. Ambiente y gritos de ánimo no faltaron en nuestra más que cincuentenaria Sala de Fiestas.

La Presentación de la Madrina Infantil llegó el 22 de agosto, una semana después de la tradicional Junta del Día 15. Una tarde repleta de momentos entrañables, dulces y de gran emotividad. Las niñas Ana Belén Hernández y Elena Abellán, presentadoras del acto, supieron con maestría entrelazar y adaptar la historia del “Mago de Oz” con la misma Presentación y con los Moros Nuevos en un escenario colorido, sencillo y vivo flanqueado por dos gigantescos zapatos de brillante rojo.

La bruja del Oeste no pudo aguar la fiesta ya que Alejandro, Capitán Infantil, y Víctor, Alférez Infantil, lograron doblegarla y rescatarle los zapatos que había robado para desesperación del León, el Espantapájaros y el Hombre de Hojalata. Personajes que no podían faltar y que, con simpatía y espontaneidad consiguieron hacerse con nuestra complicidad y cariño. Al lado de nuestros protagonistas estuvieron constantemente. Y ella, nuestra “Dorothy”, Clara, Madrina Infantil, llegó bailando y magníficamente escoltada por un precioso camino de color amarillo (como nuestro pantalón) y junto a un magnífico ballet de jovencísimos bailarines. Ya en el escenario supo juntar los zapatos para que este año las fiestas pudieran celebrarse y para que los Moros Nuevos, junto con el resto de comparsas, desfilásemos por las calles de Villena. Una vez uniformados, con las bandas y los sables que los acreditaron como Cargos Infantiles, todo se lleno de confeti y Clara, serena y emocionada, nos dirigió bonitas palabras que le salían directas del corazón.

Instantes llenos de dulzura, como la coreografía de “Over de rainbow”, sabemos que quedarán en la memoria de estos pequeños. Instantes que cuando crezcan y sean mayores destaparán de sus recuerdos, cuando menos se lo esperen, y les volverán a hacer felices.

El calor de una apacible noche de verano fue testigo, el sábado 28 de agosto, del aplauso de los Moros Nuevos, en el acto de Presentación de la Madrina Mayor, a sus flamantes Cargos Mayores 2010 en La Cábila la que, por cierto, ya lucía en su entrada -se descubrió tras el acto de la Presentación Infantil- una gigante placa, de acero inoxidable con el escudo y las letras que nos caracterizan, regalo de nuestros Cargos 2010. ¡Gracias!

Antonio Catalán, presentador del acto, fue capaz de hacernos desinhibirnos con nuestras propias características e idiosincrasia con humor y gracia. El Canal Moros Nuevos nos ofreció un espectáculo salpimentado con los habituales concursos -como el de las diferencias- y conexiones en directo –siempre muy especiales- y con toques, siempre elegantes y propios, de nuestra Presentación.

El ballet Beliana, compuesto por seis chicas vestidas de amarillo y verde, como nuestras bandas, pusieron una excelsa guinda. Perfectas coreografías desarrollaron según el acto al que acompañaban en la gran pantalla. Los Frankis, míticos en nuestra Retreta, tuvieron su reconocimiento y nos acompañaron para tras ellos llegar el gran momento. Ese en el que el escenario -mejor dicho el plató- no podía distinguirse debido al fuego rojo de nuestro chaleco que contagió a La Cábila, a los intensos y espectaculares fuegos artificiales y al confeti que todo lo inundó para que Sara, espectacular y radiante vestida de granate, fuese investida nuestra Madrina al lado de Luciano y Francisco José, trajeados a juego con ella. Subieron felices y, como dijo nuestro Presidente -en una entrevista previa con Antonio Catalán en la que habló, y muy bien, además de las Escuadras Especiales, del proyecto al Camino de Santiago y de más asuntos- con espontaneidad y haciéndose merecedores del apoyo de toda su Comparsa tras vernos tan gratamente sorprendidos por el saber estar al que, a lo largo de este año, nos han acostumbrado.

Antes de sentarse al lado de su Capitán y Alférez, en el mismo sofá que antes lo hiciera el Presidente y los Frankis, para mantener una relajada entrevista con el mantenedor, Sara, alegre, serena y sin olvidarse de nada y de nadie habló con desparpajo y simpatía, la suya innata, a sus moros. El acto no terminó hasta que el amigo Olcina demostrara que, a pesar de que sí saliera en el ensayo, una gachamiga no se puede hacer en dos minutos y de que nuestros cargos despidieran el acto -que diga el programa- con un baile al son de nuestras bailarinas por eso de ser las estrellas invitadas.

Agosto no terminó hasta que no aconteció, el 29, el Pasacalles Festero y la Romería de Nuestra Señora de las Virtudes y septiembre comenzó, el Día 3, con la VIII Entradica que celebramos y nace, desde hace dos años, en La Cábila para terminar en la Plaza de Santiago y con la emblemática noche del Día 4 y La Cena. Este año muy del gusto de los asistentes tanto por la cena en sí como por la calidad de la Orquesta.

Hay dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la padecen”

Camilo José Cela

Las fiestas 2010

El Día 5 todo parece distinto, las calles, las gentes, las sensaciones… Esta vez la voz de D. Francisco Torreblanca entonando el Pregón dio paso a una dinámica y fresca Fiesta del Pasodoble en la que nuestros Cargos a los sones de “Auras de Andalucí” de D. Quintín Esquembre fueron nuestra genuina representación. La Entrada de este año resultó, sin duda, magnífica. Abrieron nuestros cargos y cerraron el Grupo de dulzainas y percusión dejando en medio a una Comparsa unida y segura. Las Escuadras, dosificadas –al igual que las carrozas-, mostraron estilo y clase. El boato de los Selyúcidas, la colosal banda de Las Mesas con los Jenízaros, el estilo y raza de los Massais, el contrapunto de los Rassies y el acertado azulón diseño de las Al-Yadidas no desmerecieron a nuestros cabos y a unos bloques compactos y ensamblados con precisión. La Cabalgata, al contrario que en La Entrada, fue encabezada por el Grupo de dulzainas y percusión, nutrido y como siempre impactante. A éste le siguieron las Escuadras Especiales, de nuevo magistrales, y tras ellas los Cargos, los bloques femeninos y para terminar los masculinos. Juntos conseguimos un desfile ágil y vibrante que consigue animar a quienes, a esas horas, tienen la gentileza y buen gusto de acompañarnos.

Este año ha sido la tercera vez que se ha realizado, en La Cábila, el Día 5 la Cena de la Hamburguesa. La asistencia de público y el hambre de los que fuimos no decayó.

Actos muy nuestros y muy entrañables son los que aderezan el día 6. La Misa del Cementerio ocupó un espacio en nuestra mañana. El sonido del arcabuz, el disparado por nuestro Capitán, como todo en sí, fue para quienes nos legaron los colores que tan orgullosos lucimos. La Embajada y Guerrilla por la tarde coincide con la Visita y Concierto en el Asilo. Acto en el que nuestra Banda Oficial, la Agrupación Musical Los Rosales, de Bolbaite, llevó, con músicas melódicas conocidas y muy bien interpretadas, un poco de nuestras fiestas a los más mayores. Hubo baile, brillo en los ojos, cariño mutuo y hasta visita de los arcabuceros provenientes de La Atalaya.

También el Día 6 es el Día de La Esperanza. Un desfile en el que nuestros hijos echan el resto. Dominan tanto la Marcha Militar como la Mora y saben cómo hacerlo para que les guste a quien los ve. El boato perfectamente coordinado y desarrollado y las cuatro carrozas que sacamos dan una idea del peso del acto. El jurado, esta vez, quizá se deslumbró debido al radiante sol que la mañana lucía.

Las Dianas, que, este año, se atrasaron media hora, cambiaron algo del recorrido y no tuvieron descansos, siguieron igual de nutridas desde que existe la posibilidad de la doble uniformidad. La Ofrenda, en la mañana del Día 7, sí que tuvo algo más de participación que otras veces. Somos pioneros en este acto y, además, una de las comparsas más generosas. En La Retreta Ayyubies, La Palmerá y los Alpisteros nos hicieron reír de nuevo. Esta vez con “Villens Pipol. Partido Independiente Rosa de Villena”. Toda una puesta de escena en la que había mucho color rosa –hasta el traje de la Guardia Civil- y mucho humor con tintes políticos. Completaron La Retreta los Moabitas con eso de “Paz y amor, y un “plus” en el Salón… de Plenos”. Otra desternillante ocurrencia que confirma lo bien que entendemos nuestra Comparsa el sentido de este acto. Son la Conversión del Moro al Cristianismo –este año modificando texto y música con acierto y brillantez- y la Procesión, verdaderos acontecimientos que se realizan el Día 8 y que son parte esencial en el puzzle de nuestras fiestas. Es inevitable que llegue el Día 9 y que Despidamos a La Morenica. Ella se encamina hacia el Santuario al que da nombre y nosotros, tras la Cita con la fila Al-Kibla, hacia El Almuerzo. Nuestra –Sede se abarrota de socios y socias que damos cuenta, y es que es el último día, de las típicas viandas festeras. La Entrada de Nuevos Cargos es un desfile trepidante que para nosotros tiene un fin claro: La Rueda. En ella nos vienen a la mente los instantes felices que tan rápido han trascurrido y en los que tan desinhibidos y felices hemos estado. Las palabras de nuestro Presidente y la letra y música de nuestro “Día 4 que fuera” fueron un broche precioso.

Tres Despedidas de Cargos hemos vivido en el Fin de Fiestas que en La Cábila acontece en la noche del Día 9. Este vez, tras la cena, como no, hubo discursos de las Madrinas –siempre sentidos y sinceros-, imágenes de todo cuanto aconteció en el marco de los días grandes y además, esta vez, fuegos artificiales. Todo un espectáculo.

Los hombres son fantasiosos, siempre quieren lo que está prohibido: la libertad, por ejemplo”

Carlos Cañas

Premios 2010

Especial mención hubo, en esta Despedida de Cargos, tanto para nuestro Alférez 2010, Francisco José Poveda Arráez, Mejor Rodador Mayor, que incluso nos hizo una demostración, como para el Mejor Cabo Masculino Infantil del Bando Moro que ha sido otorgado al niño Antonio Milán Martínez. Dos premios merecidísimos que celebramos la Comparsa entera con satisfacción ¡Enhorabuena, chicos!

Los pueblos son grandes, no por el tamaño de su territorio, ni por el número de sus habitantes. Ellos son grandes, cuando sus hombres tienen conciencia cívica y fuerza moral suficiente, que los haga dignos de civilización y cultura”

Víctor Hugo

¡Viva las fiestas y los Cargos 2011!

Pablo Sáez, Valentín Martínez, Miriam Sáez, Ángel Valera, Jorge F. Valera y Gloria Bosque, recogieron las bandas que los acreditan como nuestros máximos representantes el Día 9 en los balcones de la Casa del Festero. La andadura ha comenzado. Ilusión, el apoyo de la Comparsa y amor a nuestras señas no les faltan. A los seis ¡Enhorabuena! Ellos, los Cargos para las fiestas de 2011 comenzaron a saborear sus cargos durante la Comida de Hermandad el pasado 26 de septiembre. Un completo día en el que comenzamos temprano con los calentitos en La Casa, continuamos con el almuerzo, empalmamos casi con las paellas y los gazpachos de la comida –buenísimo todo y además, en esta ocasión preparado por miembros de la Comparsa- y continuamos con las hamburguesas de la merienda. ¡Casi nada!

Ha comenzado ya el segundo año del segundo mandato de D. José Hernández Sánchez como Presidente de la Comparsa de Moros Nuevos. Él y cada uno de los miembros de la Junta Directiva forman una sólida combinación que da como resultado una asociación viva, sin fisuras y siempre con asuntos entre manos. Las directrices marcadas, a las pruebas me remito, son muy acertadas. Dan sentido a los muchos años de historia que atesoramos. Orgulloso me muestro cuando mis compañeros Cronistas, elogian y admiran la suerte que conlleva mi cargo al tener siempre sobre qué escribir. ¡Qué magnífica Comparsa la nuestra!

Como recordaréis, nuestro “Huevón 2010” estuvo dedicado a los hombres y mujeres “ilustres” que, por las circunstancias que fuera, llevaron el nombre de nuestra ciudad o de nuestra Comparsa muy lejos. Ellos lo realizaron, seguramente, sin darse apenas cuenta de lo que conseguían porque lo hacían con amor, convicción y corazón. Ojala nos sirvan de ejemplo y nosotros, en nuestras posibilidades, continuemos con empeño en la misma empresa.

.

Amado-Juan Martínez Tomás

Cronista


Share

 Prólogo

Formar parte del entramado que conforman las fiestas de Moros y Cristianos de Villena es, cuanto menos, apasionante. Y es que las fiestas, nuestras fiestas, son mucho más que ponerse un traje, antiquísimo y precioso, y salir ufano a la calle a desfilar durante el corto espacio de tiempo de cinco días al año. Añado, no que es que sea mucho más, es que esto es tan sólo una ínfima parte. No está mal recordar que nuestras fiestas son sobre todo tradición y eso significa cultura, religión, raíces, esencia… las fiestas forman parte de nuestro comportamiento como miembros de una sociedad, se convirtieron, hace ya más de diecisiete décadas , en un aspecto incluso biológico, son en definitiva, y como seguramente diría un psicólogo, antropología.

Formar parte del entramado que conforman las fiestas de Moros y Cristianos de Villena significó para nuestros antepasados, allá por la mitad del siglo XIX, una manifestación de júbilo y espontaneidad con la que unían lazos con el pasado y la historia de esta tierra, que ahora es la nuestra, además de una manera de entender el paso por la vida. Meritoria y digna de elogio fue aquella valentía y disposición pero no menos significativa y elogiable ha sido la actitud que desde entonces, generación tras generación, ha ido aportando imaginación, trabajo y esfuerzo demostrando que por innumerables y grandísimos obstáculos que pudieran haberse presentado ninguno era insuperable.

Ahora, los que formamos parte de este entramado tenemos la suerte de contar con un camino maravilloso hecho y una respetable sapiencia sobre él, pero la dificultad de saber respetarlo adaptándolo a las circunstancias sin que merme su significado y esencia para volver a impulsar todas y cada una de nuestras tradiciones a un futuro cercano, y si es posible, lejano.

Todo lo que comento no es en vano ya que en esta ocasión, y en esta Revista Especial “Día 4 que fuera” de 2010, una publicación que desde 1984 ha sido y es capaz de reflejar la vida festera de nuestra ciudad fiel y ejemplarmente, considero oportuno dar luz sobre un acto interno que los Moros Nuevos llevamos a cabo más de un siglo. Y es que todas y cada una de las Comparsas villeneras somos piezas del mismo puzzle. Todas tenemos una forma determinada, un color concreto y un sitio inequívoco e irremplazable. Unidas y colocadas en nuestro lugar conformamos una estampa preciosa. Poro esto no es una dificultad, ni mucho menos, para que cada una de nosotras tengamos identidad propia. No en vano lucimos prendas distintas, celebramos aniversarios en fechas diferentes y tenemos idiosincrasias, en ocasiones, muy opuestas. Los actos internos de cada Comparsa así lo corroboran y los del raso amarillo en esta particularidad no desmerecemos para nada sino todo lo contrario. Actos internos de los Moros Nuevos son: (a lo largo del año) la Romería al Santuario de la Virgen de las Virtudes, el concurso de Dibujo Infantil, el Brindis Fin de Año, el Ecuador Infantil, el consolidado y cada vez con más participación concurso de Pintura Festera y Fiestas Populares, el almuerzo del Huevo Frito, la Donación de Sangre, el Reencuentro con La Cábila, la Gala de Bailes de Salón y este año como novedad han sido el Campeonato de Pinball Moros Nuevos y la Party “Juegos en Red”; (Durante las días de fiestas) la Entradica, la Cena Homenaje a la Mujer –creada en 1969-, la Cena de la Hamburguesa en la noche del Día 5, la Misa del Cementerio a los Difuntos en la mañana del Día 6, la Rueda tras el desfile de nuevos Cargos Festeros en la Plaza de Santiago, el Fin de Fiestas, y ahora Despedida de los Cargos del Día 9 y, me lo dejo expresamente para el final, el concierto y visita al Asilo de los ancianos en la tarde del día 6 coincidiendo en el tiempo con la Embajada en el Castillo de la Atalaya. Un acto que por lo histórico y por el enorme cariño que, los que nos denominamos en otro tiempo Moros Musulmanes, le tenemos, merece dedicarle la atención que se merece.

Algo de historia

El lugar donde se celebra este acto que, como digo, es uno de los más emotivos, la Visita del Día 6 al Asilo de los Ancianos en la tarde del tercer día de fiestas (contando el Día 4, por supuesto) es, además de una residencia, una verdadera joya tanto por su historia, su construcción como por el escudo que luce. Merece la pena recordar que es un edificio de finales del siglo XVII o principios del XVIII y que fue la casa solariega de la familia Mergelina. El noble linaje de éstos, originario, al parecer, de Tudela (Navarra) se extendió, desde nuestra localidad por todo el reino de Murcia. En 1476, los Reyes Católicos, tras la intervención de don Fernando de Mergelina, bachiller, contra el Marqués de Villena, don Diego López Pacheco, le hicieron entrega de una propiedad en el campo.

El escudo de este palacete, el cual se ve en la Plaza de las Malvas, está relacionado, según D. José María Soler, con D. Cristóbal de Mergelina Muñoz y Mota, caballero de la orden de Santiago y Alférez Mayor Perpetuo de la Ciudad. Este blasón campea entre los dos últimos balcones. Es un escudo partido, con las tres lises y el león de los Mergelina en el primer cuartel, y quinas, barras, cruz de calatrava, brazo armado con espada, bandera y cinco bueyes en la segunda división, que lleva bordura de armiños y corresponde a las armas de los Muñoz. Va timbrado con corona marquesal y cruz de Santiago. Todo un vestigio, que se mantiene firme y orgulloso, del pasado.

Cuando el palacio pasó a ser Asilo de Ancianos, en 1888, era propiedad de los señores D. Rafael Aynat Cifre, Dña. María Concepción Mergelina Selva y su hija Dña. Dolores Aynat Mergelina y allí, por cierto, reposan sus restos. La caridad de esta familia se ve refrendada de nuevo al saber que Dña. Dolores Aynat fundó el colegio Nuestra Señora de los Dolores, donde están las Hijas de Caridad de San Vicente de Paúl, donando para este menester el edificio.

 

Los inicios

Es, en ocasiones, harto complicado encontrar la fecha, los motivos y el momento justo de aspectos concretos. Así nos ocurre, entre otros, con la Comida del Asilo. Lo importante, de todas maneras, es intentar ser lo más exacto posible y que la información no deforme, ni en la forma ni el contenido, como se ha de intentar en todo momento, la realidad.

D. Alfonso Esquembre García es el socio número 1 de la Comparsa de Moros Nuevos y también socio número 1 de la Junta Central de Fiestas. Él, nieto del primer Presidente de la Comparsa y bisnieto de fundador, siempre ha mostrado un gran interés en el tema que nos atañe y ha investigado mucho al respecto. Confirma categóricamente al respecto que su padre, nacido en 1892, afirmaba que la realización de la Comida del Asilo era “de toda la vida”. La tradición oral, no cabe duda, no es siempre la más oportuna pero cuando viene de fuentes fiables no debe rechazarse de plano.

El que la Comparsa de Moros Nuevos ya realizáramos la Comida en el Asilo a finales del siglo XIX sería posible por las fechas en que este centro se fundó. Sabido es que las Hermanas llegaron el 25 de enero de 1883, bajo los auspicios espirituales de Santa Teresa Jornet y el sacerdote D. Saturnino López Novoa, instalándose en lo que hoy es el Centro de Salud que hace esquina con las calles Trinidad y San Francisco y que se denominaba Santo Hospital. Cinco años después, el 19 de noviembre de 1888, la asistencia y el cuidado específico a los ancianos se consiguió al trasladarse las Hermanas al edificio donde ahora está situado el Asilo -Por estos años la Comparsa estaba afianzada ya que nuestra fundación, ya sea oral o escrita, está documentada para estos años-. Este edificio no tenía, por aquel entonces, el patio ajardinado con el que ahora cuenta sino que eran tierras de huerta con cuadras para las caballerizas y enseres de labranza. Por esto, D. Alfonso Esquembre lo ha explicado en alguna ocasión, la Comida de los Ancianos se celebraba en la fachada de la Plaza de las Malvas pero ante las inclemencias del tiempo, el montaje y la curiosidad se optó por elegir lugares cerrados como vamos a ver a continuación.

La que fuera Superiora de la Casa Local, la Madre Sor Dominga Herrera, repasó en su día las actas de Fundación del Asilo. Ella no encontró en ellas la fecha, el motivo o el momento específico del que hablaba antes, pero sí multitud de referencias a esos moros de pantalón amarillo que desde tiempo inmemorial nos acercamos con tanto gusto hasta el Asilo.

 

Hasta la Guerra Civil

Nuestro libro del 150 Aniversario publicado, como no podía ser de otra manera, en el año 2003, es una fuente magnífica de datos y curiosidades. Éste está redactado con mimo y cronológicamente narra, como si de una novela se tratase, todo y cuanto a lo largo de todo este tiempo ha acaecido en el seno de nuestra Comparsa. Tiene variados e interesantes apartados pero, como digo, su parte principal es prosa que se desgrana año tras año y por eso para recabar particularidades, como la que en este artículo trato, se ha de ir filtrando lo que en cada momento nos abarca. Según nuestro libro es durante la Presidencia del alcoyano Antonio Valor Ripoll, en 1905, cuando se crea la tradicional Comida de los Ancianos, aspecto ya he remarcado anteriormente y que probablemente deberíamos rectificar para próximas publicaciones y Aniversarios. Se tiene constancia de que ese año, 1905, los mismos Moros Nuevos y sus esposas sirvieron el ágape a las puertas del Asilo, amenizando el acto la Banda de Música Primitiva de Alcoy, agrupación que acompañó a nuestra Comparsa muchos años, quizá por darse la circunstancias de que inicialmente estuvimos muy ligados a la Filá de la Llana de esta localidad alicantina y por el Presidente citado. Había nacido y se estaba consolidando fuertemente un acto que nunca ha dejado de celebrarse a pesar de duras circunstancias y de incluso no participar directamente los Moros Nuevos en los festejos, como así sucedió durante la Guerra Civil e incluso algún que otro año por diversos motivos.

Es de destacar que en 1908 siendo Alcalde de Villena D. Salvador Amorós Cerdán y Presidente de la Comparsa el gran cabo D. Pedro Galipienzo Perpiñá “Caratorta” sucedió un caso insólito al darse la consabida Comida junto con la Comparsa de Marruecos. Así figura, además, en el Programa Oficial de ese año. Circunstancia que no se ha vuelto a repetir.

Duros fueron los siguientes años. 1909 debido a la suspensión y posterior celebración, una semana después, de las fiestas bajo la Presidencia de D. Sebastián Lidó Bravo y los años 1910 y 1911. Periodo en el que era Alcalde D. Luis García Catalán y nuestro Presidente D. Antonio Catalán Ballester “El Chato”. Cabe recordar que en 1909 la Guerra de África acarreó grandes disturbios y supuso un enfrentamiento crudo entre la población y los gobernantes de entonces. La perspectiva de todo aquello, cien años después de producirse, es complicada de entender debido a las circunstancias de aquella época que poco tienen que ver, afortunadamente, con las actuales. A pesar de que en los Programas Oficiales no aparece la Comparsa la memoria de quienes allí estuvieron y contaron a sus descendientes, nosotros, nos dice que sí salimos. Recordada fue por nuestros mayores la decisión de última hora, acaecida en 1910, de telegrafiar a la banda de música, preparar los trajes y estar dispuestos. –Lo precipitado del hecho dio como consecuencia que llegaran tarde los músicos y desfilásemos los Moros Nuevos detrás de la Comparsa de Cristianos- . Entre tanta adversidad, anécdotas y vicisitudes la Comida a los Ancianos no dejó de celebrarse bajo ningún concepto y queda refrendado esto tanto por las crónicas de nuestra Comparsa como por la historia del Asilo de Villena.

Por 1913 aparecen los salones del Teatro Artístico como el emplazamiento donde se daba la Comida a los Ancianos. Esto puede significar que ya se venía haciendo en este lugar desde hacía unos años ya que éstos salones existían con anterioridad a dicha fecha. D. Regino Arenas Marín era por entonces el Presidente, cargo que ostentó desde 1912 hasta 1918.

Desde 1919 a 1924, periodo presidido por D. Luis Coloma Jordán, la ubicación de este acto varía. En 1919 tenemos constancia de que se realiza en los salones del Artístico pero en los siguientes tres años, desde 1920 a 1922, es en el mismo Asilo, siendo en el Círculo Agrícola Mercantil en 1923. Año en el que varía el día de celebración al ser ofrecida el día 7 como no es tradicional debido a ser este el año de la Coronación y para este día y hora se llevó a cabo la especial y muchas veces recordada “Procesión de las Antorchas”.

El Día 7 debió de parecer una fecha adecuada en aquellos momentos ya que durante los siguientes años, en 1924, 1925 y 1926 se mantuvo este día y, además, también en el mismo lugar, el Círculo Agrícola Mercantil. Ya en 1927 aunque se mantuvo este emplazamiento no sucedió así con la fecha volviéndose a celebrar, como tradicionalmente se hacía y se hace, el día 6. Este año nuestras fiestas tuvieron un día más y se alargaron hasta el Día 10 ya que se celebró el 4º Aniversario de la Coronación de la Virgen.

A finales de la década de los 20 la Comparsa era muy reducida y pasó por momentos muy duros económicamente. En las Fiestas de 1930, por ejemplo, tan sólo 14 Moros Nuevos desfilaron. A pesar de ello la tradicional Comida no dejó de celebrarse debido a la gran labor de festeros que realizaron un gran esfuerzo recaudando dinero y colaborando en todo cuanto era necesario. Presidentes como D. Antonio Mora Tomás, que lo fue desde 1925 hasta 1929 y en 1934 y 1935, y D. Francisco Hurtado García, desde 1930 hasta 1933, sus Juntas Directivas y los contados Moros Nuevos lograron el milagro del relevo de las tradiciones.

A partir de principios de la década de los años treinta la Comida de los Ancianos pasó a darse en el Teatro Chapí y en el se llevó a cabo hasta mediados de los cuarenta. Por tanto en la época de la Guerra Civil este era el enclave elegido para nuestro más que centenario acto.

Las instalaciones del mismo Asilo, a principios de siglo, los salones del Artístico, durante la segunda década del siglo XX, el Círculo Agrícola Mercantil, a partir de 1923 y el mismísimo Teatro Chapí, en los años treinta y hasta mediados de los cuarenta fueron, como hemos visto, los emplazamientos en la primera mitad del pasado siglo para nuestro emblemático acto. Lugares con mucho arraigo y solera en el ámbito cultural y sentimental de nuestra ciudad que fueron testigos de años duros y a la vez de acontecimientos tan emotivos como el que festeros, a pesar de todo, tuvieron tiempo y ganas que dedicar a los más mayores.

 

Desde la Guerra Civil hasta la actualidad.

La época del Hotel Alcoyano dio comienzo en 1944. Un emplazamiento que, como los anteriores, es todo un referente para la memoria histórica de los villeneros. Muchos de nuestros mayores lo recuerdan todavía.

58 comensales fueron los que dieron cuenta en el citado hotel en 1948 de la tradicional Comida del Día 6. Una cifra más que considerable teniendo en cuenta los apuros y las restricciones de la época. Muchas han sido y son las satisfacciones, los agradecimientos y las miradas de felicidad que han contrarestado al esfuerzo económico, e incluso logístico, que se debía realizar, el cual era dantesco. Mirando las Actas Internas de la Comparsa sabemos que este año la factura del hotel ascendió a 867 pesetas de la época. Así, sucesivamente, y a modo de curiosidad podemos plasmar las cuantías de los siguientes siete años: en 1949, 935 pesetas; en 1950, 1.044 pts.; en 1951, 1.200 Pts. (para 60 comensales); en 1952, 1.220 pts.; en 1953, 1.180 pts.; en 1954 (año del Centenario de la Comparsa), 1.140 pts. Y en 1955, 1.320 pts. (55 personas a 24 pts.)

Siempre que ha sido posible la Banda Oficial de la Comparsa ha estado en el acto del Asilo. A principios del siglo XX hemos hablado, por ejemplo, de la Banda de música Primitiva de Alcoy. Lógico es que esto haya sido así ya que no entendemos las fiestas, y por extensión, ninguna de sus manifestaciones, sin un pasodoble, una marcha mora o una marcha militar de fondo. Éstas melodías son nuestra banda sonora durante los días grandes y no podemos llevar las fiestas, a quienes no la pueden disfrutar como lo hacemos nosotros, si no la llevamos para que la compartan un poquito. Toda la música y más la festera encuadrada en su ambiente –y hasta podría decir que siempre- es capaz de enardecer, de hacer vibrar, de sentir, de rescatar, de aflorar sentimientos… Muchas y grandes Bandas de Música nos han acompañado. En los años 1951 y 1952 fue la Banda de Bocairente y en 1953 la Primitiva de Palomar.

Durante esta década de los 50 el acto se fue afianzando más si cabe ya que el hecho de llevar a un lugar de prestigio a los ancianos les satisfacía gratamente y el hacerlo de esta manera se había convertido en una sólida costumbre. D. Regino Coloma Sebastía, Presidente catorce años y D. Cirilo Azorín Calomardo, que lo fue desde el año del Centenario (1954) hasta 1957, lucharon mucho para que todos los Días 6 se volviera a producir la magia y este precioso binomio de Moros Nuevos y ancianos. Ellos trasmitieron a sus predecesores: D. José García Galbis, D. Pablo Castelo Villaoz, D. Antonio Tomás Conca, D. Pedro Palao Llebrés, D. Francisco Zapater López…(Presidentes hasta la década de los setenta) y a toda la Comparsa la importancia de no dejar de realizarlo con entusiasmo y vehemencia.

La primera vez que se realizó este acto en las mismas dependencias que en la actualidad fue en 1971. Este año entró en funcionamiento el edificio que hoy conocemos y que tiene entrada por la Plaza de las Malvas y también, de vehículos, por la calle Ferriz. El mismo que en su día fue la casa solariega de la familia Mergelina. El confortable y espacioso jardín ha conseguido, desde entonces, que la estancia sea, si cabe, más acogedora y confortable. El tradicional paseo que discurría del brazo de los ancianos por la calle San Francisco y por el Paseo Chapí, hasta llegar al Hotel Alcoyano, se echó de menos después de tantos años a pesar de que, aunque en distancia mucho más reducida, éste jamás se ha perdido ya que del “bracete” de los Moros y, desde 1991, Moras Nuevas, siempre llevan los ancianos hasta su mesa a la hora de cenar. Para los ancianos supone una grata novedad que un festero, ataviado como tal, tenga esa cortesía. Para el Moro Nuevo o la Mora Nueva que tiene el honor de llevar al anciano o anciana supone un regocijo inmenso. La agradable conversación que dispersan y el entusiasmo e interés que muestran son impagables.

En 1977 las Embajadas se trasladaron, con gran acierto, desde la plaza de Santiago al castillo de la Atalaya modificándose, de la misma manera, el horario de las Guerrillas. Esto provocó que no pudiésemos contar con la Banda de Música en esta ocasión pero por la importancia que tiene la música, como decía antes, este problema se solucionó con premura para los siguientes años.

El acto del Asilo del año 1982 es muy recordado debido a que la Banda de Carlet, nuestra Banda Oficial por aquel entonces y galardonada en varias ocasiones, interpretó dos piezas que sorprendieron muy gratamente. Una de ellas fue “Ganando Barlovento”, una marcha militar muy bonita con la que, además, horas más tarde desfilamos en La Cabalgata de ese Día 6. Y la otra fue una composición realizada para nuestra Comparsa en el año del Centenario y que era prácticamente desconocida ya que había pasado, ilógicamente, al olvido. Para la interpretación del pasodoble “Día 4 que fuera”, pieza en cuestión, fueron necesarias las hojas de instrumentalización elaboradas por D. Manuel Carrascosa García. Por suerte esta obra una vez “rescatada” ya no ha pasado al olvido de nuevo. Justo es mentar, como he hecho antes con sus homónimos, a D. Ramón Martínez Payá, D. Rafael Ruiz Martínez, D. Francisco Moya Soler, D. Antonio Valero Costa, D. José Giménez Navarro, D. Vicente Ferri Silvestre, D. Mateo Hernández Llorca, D. Pablo Castelo Pardo y D. José Luis Valero Costa, quienes, como Presidentes, organizaron, junto con sus Juntas Directivas, durante la década de los setenta y mediados de los ochenta el acto del Asilo con acierto.

Hasta 1987 todos los Moros Nuevos nos reuníamos en el mismo Asilo para dar comienzo allí al acto en cuestión. Esto cambió a partir de 1988. Este año y por primera vez, bajo la Presidencia de D. Vicente Rodes Amorós, la Comparsa salió desde nuestra Sede Social, situada entonces en la calle Eduardo Dato. A las órdenes de D. Rafael Valor García las escuadras de raso de oro hicieron este recorrido: Ramón y Cajal, Joaquín María López, Corredera, Gaspar Archent, Trinidad y calle Ferriz. Para los ancianos resultó más emotivo si cabe y para quienes allí estuvimos todavía mucho más. Los de Carlet amenizaron en esta ocasión la tarde, antes de la cena, con fragmentos de variadas zarzuelas.

Un año después, en 1989, el Presidente de la Comparsa, en nombre de su Junta Directiva y de todos los Moros Nuevos, hizo entrega de una placa conmemorativa a la Madre Superiora para dejar constancia de la ilusión con que los socios y amigos acudíamos allí desde hace tantos años y para agradecer, como no, la hospitalidad y alegría que siempre hemos recibido tanto de los ancianos como de las Hermanas.

En la segunda mitad del siglo XX, lo hemos visto, tan sólo ha habido dos ubicaciones para el encuentro con los más mayores del Asilo: el Hotel Alcoyano y las dependencias del mismo Asilo como ahora las conocemos e inauguradas en 1971. A pesar de que en varias décadas el acto no haya contado con ninguna variación cada año es distinto y así han intentado que fuera los Presidentes D. Manuel Estevan Ferriz, D. Antonio Velasco Navarro, D. Rafael Valor García, D. Francisco Abellán Candela y en la actualidad, D. José Hernández Sánchez y su Junta, quienes para ello no escatiman en palabras para animar a asistir siempre y ponen todos los medios a su alcance para que la tarde sea amena tanto para los que allí acudimos como, y sobre todo, para los ancianos. La Agrupación Musical los Rosales de Bolbaite, nuestra Banda Oficial, se prepara para la ocasión y nos hace pasar a todos unas deliciosas horas de música y sosiego.

Epílogo

Hablaba al principio del entramado que conforman las fiestas de Moros y Cristianos de Villena y lo que este significó para los que nos precedieron y lo que supone para nosotros mismos así como de la necesidad de guardar, adaptar y lanzar las tradiciones, sobre todo las que merecen la pena como es el caso de la Comida de los Ancianos. Un acto que, al ser privado, quizás alguna otra asociación lo pueda realizar en algún lugar pero que no tiene reminiscencias en otras localidades cercanas y del que no existen antecedentes, de la manera en la que los Moros Nuevos lo hemos enfocado desde el principio, aunque, eso sí, en muchos lugares, incluida Villena, como no, y cuando son las fiestas mayores se agasaja a los asilados con obsequios y presentes.

De lo que no cabe duda es de lo mucho que nos damos tanto unos como otros y lo poco que cuesta. Nuestra cara de felicidad, la de los ancianos y la de quienes les cuidan lo refleja año tras año –las Hermanas no han dudado, en multitud de ocasiones, en compartir alguna que otra prenda nuestra y en lanzar la gumía al aire-.

En estas ocasiones, en las que de lo que se habla está tan arraigado y es para nuestra sociedad tan importante, me vienen a la cabeza las doctrinas contrapuestas de Heráclito y Parménides, la del primero con su “devenir” y “todo fluye” y la del segundo que se presenta estática e inmóvil. Muchas veces lo hemos dicho y así figuraba escrito nada más entrar en nuestra anterior Casa, la de Eduardo Dato:”Los hombres pasan, la Comparsa permanece”. Ojalá dentro de muchos años sigamos derramando tinta para elogiar actos que van más allá de lo meramente lúdico y festero. Ojalá estos más de cien sean tan sólo el comienzo.

 

 

Amado-Juan Martínez Tomás

 

 

Bibliografía:

-Actas Internas de la Comparsa de Moros Nuevos.

-Esquembre García, Alfonso.

(2003) “La Comida del Asilo: Un acto único”. Programa Interno de la Comparsa de Moros Nuevos 2003.

-Libro del 125 Aniversario de la Comparsa.

-Libro del 150 Aniversario de la Comparsa

-Programa Oficial de Actos de 1908, 1909 y 1910.

-Soler García, José María.

(2002) “La fachada del Asilo y otras cosas del urbanismo local”. Villena. Prehistoria-Historia-Monumentos. Págs. 174-175.

 

Share